A sus 68 años, Iggy Pop está de regreso.
Te pones los tenis y sales a correr. Ni siquiera lo haces todos los días. No lo haces por la edad, sino porque después de cierto tiempo crees que hace falta. Ni siquiera corres. A veces únicamente trotas. A veces ni siquiera trotas. Vamos, no mientas. Solo te gusta conectar los audífonos para volver a oír esa maravilla que lanzó Iggy Pop hace unos meses. Esos cuarenta y tantos minutos de honestidad, crudeza y buenas melodías. Pero los medios tienden a exagerar la nota. Tienden a decir que después de la muerte de Bowie y Reed, solo la Iguana es capaz de volver con uno de los grandes—Josh Homme—y salir indemne. Que, por fin, está obteniendo el reconocimiento y los aplausos merecidos. Aunque ya poco le falte para irse al otro lado. Porque, bueno, tiene 68 años y el tiempo no perdona. Cuando los medios publican tanta mierda, lo mejor es salir corriendo.En el mejor de los casos, Post Pop Depression (2016) ha logrado alzarse como una estatua fálica. Es un álbum que pone en alto sus orígenes. No deja de sonar como a ciertos críticos les gustaría que suene—cuando traen a la luz The Idiot y Lust for Life, de 1977. Pero eso qué coño importa. Es como decir que las guitarras recuerdan mucho a Queens Of The Stone Age, por la incursión de su líder. Se percibe un sonido homogéneo, duro, conciso, y las letras tienen una vocación narrativa insolente. Cuando vas caminando por la calle, las metáforas vulgares y el aire de sordidez refinada con el que Mr. Pop impregna tus tímpanos no tienen precio. Sensación similar a la de recibir por correo una revista porno. Abres las primeras páginas y escuchas Gardenia. Abres las últimas y te despides con Chocolate Drops. Te bañas cantando Paraguay. Cierras los ojos al juicio de las buenas conciencias. Les gritas.Pero la Iguana no está sola en su aventura. Además de Josh—que parece un mormón rehabilitado—, una pandilla de músicos sobresalientes le hacen coro. También de QUOTSA, Dean Fertita se encarga de los teclados, sintetizadores, bajo y voz. Matt Helders, de Arctic Monkeys, cubre la sección de percusiones. Y en el tour participan Matt Sweeney, de Zwan, en el bajo, y Troy Van Leeuwen, en la guitarra. Las presentaciones que han grabado para la televisión, promocionando el nuevo material, son vigorosas, performáticas y efervescentes. Cuántas bandas jóvenes no quisieran sonar como el viejo Iggy, que al parecer colgará los tenis después de este exabrupto. Él mismo lo ha dicho, con esa voz de proxeneta juguetón: «Siento que después de esto me retiro.» No tiene sentido conjeturar si será cierto. Mejor escuchas Break Into Your Heart.
The shit turns into chocolate drops.
Post Pop Depression
Iggy Pop
Loma Vista Recordings, 2016