23.8.14

un iris musical_entrevista con alejandro iris

 
El músico campechano Alejandro Iris nos habla sobre el Sistema Iris de Notación Musical para Invidentes, gracias al cual obtuvo la beca INBA: Educación Artística 2014. Alex trabaja en Mérida con niños invidentes que presentan problemas de autismo, síndrome de Asperger, trastornos de hiperactividad y baja visión. Lo entrevisté en la Ciudad de México, mientras comíamos unos obligados tacos de bistec con queso y nopales.


INVENTOR
Antes de ser músico, me considero un inventor: invento cosas que estén a mi alcance. Desde niño siempre soñé con eso. Para mí una composición musical es una invención. Y bueno, en cuanto a los instrumentos, ejecuto el piano, la batería y la guitarra, y he aprendido a tocar de forma autodidacta la melódica y los medios electrónicos. La voz también es otro instrumento.
 
FAMILIA DE ARTISTAS
Del lado paterno, pertenezco a una generación de familiares dedicados al arte. Tengo primas bailarinas, un primo escritor, Manuel Iris, y tengo más primos músicos y literatos.


LO QUE LA MÚSICA ME ENSEÑÓ
En la década de los 90’s, mi hermano Carlos [que cursaba la secundaria] me enseñó a tocar el piano de manera autodidacta por medio de partituras de flauta. Luego empecé a estudiar música formalmente a los 12 años, ya en una escuela profesional. Ahora, después de varios años, yo le enseño música a mi hermano como una forma de devolverle el favor. En la banda que formé [Alejandro Iris Jazz Trio], Carlos toca el sintetizador y las percusiones programadas.  


DEBUSSY, ARMENGOL
Las frías montañas, de Mario Ruiz Armengol, es una de mis piezas favoritas, aunque en realidad me gusta la obra completa de este compositor mexicano. Su estilo expresa una ternura/melancolía infantil muy particular, la tristeza infantil siempre está presente, y Armengol resume todo eso en Las frías montañas. De hecho me empezó a gustar porque, igual que Debussy, rompe con las reglas musicales. Ya tenía las reglas, pero las rompía. Tocaba por sensaciones.


UNA INTEGRACIÓN VERDADERA
El Sistema Iris surgió como una necesidad. Cuando era novio de Dalia Castellanos, sus padres la cuidaban mucho a ella y a sus hermanas —son trillizas— y a menudo los novios nos quedábamos en su casa, pero no había mucho qué hacer, más que aburrirnos con juegos de mesa, o ver películas o algo. En ocasiones, debido a que Dalia es invidente, no era posible interactuar. Entonces un día que fui a Campeche, como en mi casa hubo una imprenta y al lado hay una carpintería, empecé a inventar cosas. A buscar juegos y reproducirlos, no sólo en relieve [si quieres enseñarle algo a un invidente, levantar las cosas en relieve es el error más grande que existe], sino de muchas formas para que ella pudiera jugarlos. Por ejemplo, había uno cuyas fichas se movían por medio de coordenadas, y así por el estilo.

Prácticamente Dalia fue mi primera novia. Cuando empecé a enamorarla, pensé: tengo que aprender Braille para mandarle cartas. Ya después de haberle creado varias cositas, un día estábamos yendo a la escuela y me dijo: ¿Por qué no inventas un sistema musical que me haga leer? En ese entonces, ella estudiaba el sistema musical Braille en Bellas Artes, pero no le favorecía mucho. Dalia quería poder acoplarse a la clase, y eso era precisamente lo que siempre habíamos buscado: acoplarnos, ser parte de algo. Ésa es mi mayor aportación al Sistema Iris: una integración verdadera.

En música, el sistema musical Braille generalmente no favorece la comunicación porque se escribe en líneas, en renglones, tal como las palabras. Es como si te dictaran la partitura, que no tiene mucho sentido. Hay cosas en la música que no es escriben, y en el Braille sí tenían que ser escritas. Es complicado. Además, se utilizan muchas hojas para escribir una partitura. En el Sistema Iris no pasa eso, y cada quien por su cuenta lo puede simplificar. Si yo veo una partitura reducida, por musicalidad se entiende, y eso también puede hacerse a través del Sistema Iris.


PLATAFORMAS DIGITALES
Como parte de un proyecto a futuro, planeo hacer un software libre para tabletas en el que se pueda implementar el touch y el programa de voz para invidentes. Digamos que en el celular, puedes llegar a YouTube por medio del touch, dices el nombre de la canción y el teléfono te lo reconoce. El Sistema Iris puede funcionar de manera similar.
 
EDADES
Considero que no hay edades límite para estudiar música. Si quieres ser un virtuoso, empiezas desde niño. Pero la música tiene muchos campos. En mi caso, la música me llevó a la discapacidad y a los grupos vulnerables a través de la pedagogía.
 

ACERCA DEL SISTEMA IRIS
El Sistema Iris, creado por Alejandro Iris, es la representación táctil del sistema de notación musical occidental. Se aproxima a éste al tomar su estructura principal; es decir, la altura de los sonidos a través de un pentagrama.

Los elementos de este sistema son: líneas flecadas, que representan el pentagrama en relieve (propia del Sistema Iris), punto Braille, que representa a la nota, y signografía Braille que representa el resto de los signos musicales.

Contiene los signos musicales que utilizan todos los instrumentos, la mayoría de ellos ubicados en el mismo lugar que ocupan en una partitura convencional y se logran suprimir pues por musicalidad se ejecutan sin estar presentes. Asimismo, su lectura táctil es afín a la lectura visual: se lee de abajo hacia arriba y de izquierda a derecha.

Usando la comunicación oral, este sistema pretende integrar a los músicos invidentes a la comunidad de músicos que pueden ver, pues logra traducirse idénticamente al sistema que representa.

Nota: el Sistema Iris no incluye signos del sistema musical de Braille ni está basado en él.
Imagen: Alejandro Iris


15.8.14

NIHILUMBRA: Pesimismo y belleza



 Nihilumbra: Pesimismo y Belleza
 
En la constante búsqueda de videojuegos que impliquen experiencias más o menos profundas, el gamer podría sentir atracción por Nihilumbra (BeautiFun Games, 2012). Título de plataformas en 2-D con un diseño de arte expresionista, el argumento gira en torno a un ser que surge del vacío, una criatura lóbrega que huye hacia regiones salvajes para no terminar absorbida por la nada y, a su paso, inevitablemente destruye los ecosistemas transitados.

Cinco niveles de ambientes tétricos —por cuenta de Lourdes Nicolich— serán tragados por la oscuridad mientras el pequeño Born acumula las habilidades suficientes para abrirse paso por el mundo. La música, de Álvaro Lafuente, es una delicia, y los textos que aparecen a modo de acotaciones perversas [cortesía de Kevin Cerdà] pueden inducir al suicidio o a la más aguda reflexión existencialista.

Disponible en IOS, Windows, Linux y Wii U.

–Christian Núñez