25.7.19

absenta_enigmas del hada verde



La mítica bebida de artistas y escritores, ¿provocaba realmente accesos de locura?
 
El alcohol y sus implicaciones en el proceso creativo de un sinnúmero de artistas, es definitivo. Sabemos por lenguas viperinas del favoritismo de Hemingway por el ron, de los litros de tequila que enloquecían a Bukowski, y de Fitzgerald, quien nunca ocultó su preferencia por la ginebra. Pero hay de licores a licores y la absenta—bebida fabricada a base de hierbas, entre las cuales destacaba el ajenjo, conocido por supuestas propiedades alucinógenas—fue lo máximo para los creadores del siglo XIX e inicios del XX.

Resulta que el sabor amargo de la absenta no les importaba a sus consumidores gracias a la fama de sus efectos. Para los poetas malditos, este brebaje con un 80 por ciento de alcohol tuvo el estigma de agudizar sus sentidos, entre otros varios misteriosos efectos. Podía llevar a estallidos de locura creativa a quienes la consumieran de modo habitual.

Desde 1875, numerosas asociaciones civiles denunciaron los posibles daños de la absenta con el slogan La absenta te vuelve loco, lo que causó la prohibición de su venta en muchos países. No es difícil imaginar el porqué este licor atrajo a tantos literatos, principalmente franceses. Por sus efectos y su color fue llamada el hada verde, y su fama alcanzó a portentos de la literatura universal como Víctor Hugo, Maupassant, Baudelaire, Rimbaud, Allan Poe, Oscar Wilde y Jack London. Wilde escribió alguna vez que el destilado, en una primera etapa, es como un trago ordinario. En una segunda, captamos imágenes monstruosas y crueles. Pero en la tercera etapa, si uno persevera, vemos y sentimos lo que deseamos, incluso cosas maravillosas.


Los pintores no se quedaron atrás pues la leyenda cuenta que Vincent van Gogh creó sus lienzos y se cortó la oreja bajo los efectos del hada verde que ingería por galones. La realidad muestra que artistas como Picasso y Toulouse-Lautrec la inmortalizaron en sus obras.

Los legendarios efectos de la absenta se deben, tras muchas investigaciones, a su elevada graduación alcohólica. Hoy es legal: la prohibición de su venta se levantó en Estados Unidos en 2007, y actualmente se comercializan diversas marcas en el mundo.

La absenta es un licor común y corriente sin características alucinógenas de ningún tipo, salvo las propias de las bebidas fuertes y una buena dosis de sugestión por parte del consumidor, que cree ingerir un potente brebaje que abre las puertas de la fama y la fortuna. Incluso se han analizado botellas del siglo XIX por si la absenta original difería en algo del hada verde que podemos adquirir en cualquier establecimiento, y no encontraron nada.

Lo más probable es que van Gogh se haya cortado la oreja no por alucinar que lo perseguían estrellas titilantes y girasoles humanizados, sino por estar tapado de borracho.



En nuestros terruños, y ya hace algunos años ayeres, el único sitio donde se podía degustar el hada verde fue en el desaparecido bar literario Macondo.

Aquí en confianza, debo admitir que a los escritores que asistíamos con frecuencia nos resultaba enigmático armarnos de valor alguna noche y experimentar el sabor y sus efectos. Y sucedió, y no escribimos nada y lo único que alucinamos y sufrimos fue la más terrorífica resaca de nuestras vidas. Actualmente y, solo para efectos de investigación, sigo en Facebook la fanpage de un bar en las afueras de Mérida que ofrece el hada verde. El que persevera alcanza, reza el dicho. ¿Obra magistral o cruda? Les cuento en la próxima publicación.