Con un enfoque sensorial, Noche de fuego, de Tatiana Huezo,
explora la violencia del narcotráfico sobre el cuerpo femenino.
En su tercer proyecto fílmico, tras realizar un par de documentales, Tatiana Huezo entrega una historia vibrante y sensorial. Basada en la novela Prayers for the Stolen (2012), de Jennifer Clement, Noche de fuego (2021) elabora una inmersión en la vida de tres niñas pertenecientes a una zona rural del territorio mexicano que ha perdido su autonomía por la intromisión del cártel en turno. Ana, Paula y María crecen rodeadas de vegetación, insectos, serpientes y la constante amenaza oblicua de un peligro que ha paralizado la vida comunitaria. Los habitantes, avasallados por el crimen debido a la siembra de amapola, enfrentan brotes de violencia súbita cuando irrumpen en sus casas para llevarse a las niñas. Las madres terminan por ocultarlas en agujeros bajo tierra, cortarles el cabello, vestirlas con playeras holgadas o armarse de valor en contra de sus tiranos. Como espectadores, somos testigos mudos.
La intensidad de estas imágenes con actores no profesionales posee tintes realistas y logra escenas de profunda resonancia poética. Ana describiendo su columna vertebral como un alacrán encerrado en una botella y su corazón hecho con tres piedras de montaña. Y el narcotráfico alrededor de ese cuerpo/territorio asaltado sin permiso. A partir de tal nudo, Huezo insiste en crear imágenes puras para conseguir una hipnótica sensación de crescendo y tragedia. Apenas unos cuantos diálogos, significativos y líricos, nos permiten urdir la trama. Destacan los valores de producción y la mirada hacia un tema incómodo mediante estrategias narrativas que muestran un conflicto de difícil resolución. Como en su momento hizo Amat Escalante en Heli (2013), la línea divisoria entre narco y autoridad es ambigua, incierta, y el fuego al que alude el título de la película termina por volverse la única salida. Eso, y la fuga.
Mención aparte merecen las actuaciones de:
Ana Cristina Ordóñez González (Ana niña)
Marya Membreño (Ana adolescente)
Camila Gaal (Paula niña)
Alejandra Camacho (Paula adolescente)
Blanca Itzel Pérez (María niña)
Giselle Barrera Sánchez (María adolescente)
Como ha dicho la propia directora, Noche de fuego trata sobre lo que significa ser mujer en el contexto de la violencia como un monstruo al que no vemos nunca (en esto recuerda al Haneke de La cinta blanca). Una hostilidad sistémica pone en peligro la integridad física y psicológica de niñas semillas, cuya inocencia se fractura en un instante. Sin concesiones ni melodramas, el paisaje arde ante nosotros. Cámara en mano, presenciamos el incendio.
Disponible en Netflix.