A partir del tema del cuerpo humano en el agua y sus implicaciones
psicosomáticas, míticas y poéticas, César Rangel (Ciudad de México, 1977) reúne
dibujo, fotografía y escultura en esta exhibición.
«Nado para ser pájaro, serpiente, risa de vértebras, vaivén
idéntico al sonido que nombra de un golpe: hueco, nadador y agua», explica el
artista. En su obra, el nado surge como gesto poseedor de una facultad especial
para nombrar la totalidad.
Esta virtud holística sirve también como metáfora de lo eterno: de
un extremo a otro de la alberca, el cuerpo suspendido afirma que la vida es —en
principio y sin juicios— un continuo devenir, un proceso y una forma de
sucederse.