30.8.17

nier: automata_la elegía de los androides


   
Platinum Games lo hizo de nuevo.

El cielo es un campo de batalla sin límites. Lo recorremos en busca de respuestas, entre disparos y misiles, círculos viciosos, preguntas inútiles y órdenes inapelables. Somos esclavos de nuestras mentiras. Gloria a la humanidad.  

Una guerra entre androides y máquinas en el año 11945 es el pretexto argumental de Yoko Taro para relatarnos la historia de NieR: Automata, la secuela espiritual de Nier, trabajo lanzado en 2010 que no guarda nexos intrínsecos con este. Ahora, el equipo de Platinum Games desarrolla un glorioso título para Square Enix saturado de futurismo y traición. Pero vamos por partes. Primero, es importante señalar que la trama escrita por Taro se divide en varios finales [cinco de ellos, decisivos], y tendrás que acabar el juego varias veces para descubrir las capas de la cebolla. No voy a revelar los aspectos ocultos de la narrativa; solo debo decir que es profunda y tiene esa extraña pátina de melancolía existencial que se impregna en el corazón. En segundo lugar, vale la pena decir que NieR: Automata es el antijuego por excelencia, ya que combina elementos RPG de acción, hack and slash, shooter, bullet hell y plataformas sin escrúpulos. Lo cual indica una saludable renovación del canon y un riesgo que ha rendido sus frutos tanto a nivel de la crítica como de las audiencias y el mercado.
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Los componentes épicos que NieR: Automata ofrenda en el templo de la desgracia humana provocan una tragedia de tintes oscuros, ambientada con paisajes grisáceos y corroídos, reflexiones sobre la [pérdida de] identidad, la violencia que lubrica los ciclos vitales y el instinto de muerte. Eros y Tánatos abren las fauces para escupir mechas con vocación suicida, máquinas bestiales obsesionadas con la destrucción masiva e inesperadas formas de inteligencia artificial. Pero también hay rebeliones: la Resistencia te apoyará en distintos puntos del combate, y un robot llamado Pascal será tu aliado estratégico—incluso, podrás hablar con Jean-Paul, una ridícula figura con sombrero hongo y delirios existencialistas. Eres parte de YoRHa, el escuadrón creado por el Concilio de la Humanidad, y estás aquí para luchar. Si cuestionas o haces demasiadas preguntas, si detectas explicaciones inconsistentes o rastreas antiguas bases de datos, quizá descubras verdades incómodas. Como sea, el destino de 2B y 9S está en tus manos. Y en el incesante golpeteo de botones que durante las madrugadas hará de ti una máquina infernal.


«Yo quería hacer un juego de disparos, pero Square Enix no me daría dinero para eso. Asi﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽okombateicos que Nier: Automata Enixdo por sus congl.  y destruccidesolados y grisí que tuvimos que poner elementos RPG, para apaciguarlos», señala Taro. La fusión resultó de lo más placentera y, en cuanto a gameplay, NieR: Automata alcanza un soberbio desempeño. Si has jugado Bayonetta, sabrás a qué me refiero. La coreografía de golpes fuertes y débiles, combos asesinos, olas de disparos en forma de mandalas y patrones de combate imprevistos—que rinden homenaje a la era 8 bit—es hermosa. El diseño de personajes, por cuenta de Akihiko Yoshida, te dejará sin aliento [2B es el fetiche más popular en las búsquedas NSFW]. Elegancia, sobriedad e imaginería erótica rigen los vestuarios de YoRHa, y ocultan sorpresas, particularmente cuando presionas ambos gatillos al mismo tiempo. La banda sonora de Keiichi Okabe + Keigo Hoashi transmite intensidad, frescura o dinamismo, según el tono de la acción. Y el apartado vocal combina libremente idiomas como gaélico escocés, francés, inglés y japonés, un recurso que trae a la memoria ciertos temas tristísimos de Sigur Rós.

El espíritu de la Tierra eleva sus plegarias a un Dios desconocido. Hay humo, escombros y fragmentos de máquinas febriles. Son los ecos de una epopeya que gira sobre su propio eje antes de autodestruirse. Un réquiem por los androides.