Con Free, Iggy Pop libera un pequeño tratadode la improvisación crepuscular.
Rage, rage against the dying of the light.
Dylan ThomasIggy Pop deja atrás el sonido stoner que había conseguido tras el brillante Post Pop Depression (2016), en compañía de Josh Homme. Su aventura sonora envuelve paisajes nuevos. Si son mejores o peores, tus oídos decidirán. En cualquier caso, la lógica es distinta. Free (2019) propone un abordaje más atmosférico, introspectivo, una vuelta de tuerca con vibraciones subterrráneas, cierto aire beatnik. En Free, cada tema incluye su propio comentario crítico, un statement que se improvisa con resultados fascinantes e imperfectos. Un déjà vu que oscila entre la confesión penetrante y el cinismo punk.
Comprender que Iggy Pop graba dicho material pasados los 70 años, sobreviviendo a su propia leyenda, sin la necesidad real de seguir grabando álbumes, abre una serie de incógnitas. El material incluye tres poemas: We Are the People (Lou Reed), Do Not Go Gentle into That Good Night (Dylan Thomas) y The Dawn, del propio cantante; recuerdan la época de Avenue B (1999). Por otro lado, las canciones rinden un fuerte tributo al jazz, y son resultado de una alianza creativa entre Pop, la guitarrista Sarah Lipstate [aka Noveller] y el trompetista Leron Thomas, y liberan un espíritu similar al de Préliminaires (2009).
A Free, claro, calidad no le falta. Es breve, sí, pero presume potencia. Al menos tres de sus temas alcanzan un nivel de factura impecable. Loves Missing transita de la dolorosa reflexión erótica al grito de protesta, en un crescendo tortuoso, orquestado por un trío de batería, guitarra y trompeta impresionante. Es un tema perfecto para un día de lluvia, atrapado en algún punto de la biósfera grisácea. Sonali insinúa un raro paréntesis en medio de la tormenta, un impasse sonoro melancólico de una luminiscencia nocturna, como aquella pintura de Magritte [El imperio de las luces]. Por último, James Bond se regodea en un sonido vibrante, alegre y burlón.
Aún es dudoso definir los alcances de este pequeño tratado de la improvisación crepuscular. Como tampoco sabemos qué efectos tuvo aquel viaje a la playa en momentos de tinieblas existenciales. Los túneles solo cobran sentido en retrospectiva. Y, como suele ocurrir en estos casos, las despedidas y los epílogos pueden ser solo el estadio inferior de una nueva etapa, un golpe maestro. Cuando parece que Pop se despide, en realidad está preparando su siguiente atraco. Eso sí, cuidar las balas como si fueran de oro se ha vuelto el nuevo mantra. El futuro es un libro manoseado, un palimpsesto. Larga vida a la Iguana.
Free · Iggy Pop · Caroline International + Loma Vista