Pensar el amor, amar el pensamiento son los ejes
que activan este breve tratado filosófico.
A modo de novela filosófica, Hoy he vuelto a escribir, de Roger Torres Agüero describe un encuentro virtual que más tarde será decisivo en la vida del protagonista. Tamara, a quien está dedicado el libro, actúa como interlocutora de una intensa reflexión sobre el amor, la verdad y la realidad. El tratamiento es narrativo y conceptual a partes iguales, como una confesión íntima sobre la naturaleza platónica de las almas, el sentido de la existencia o la armonía de los opuestos. Asuntos que demandan, quizás, el buscador de Google a la mano.
Bajo el abrigo de intelectuales como Jaspers o Heidegger, el pensamiento fluye y lo que parece prolegómeno muta hacia la epístola, expande sus alas con fragmentos de prosa poética: adquiere una textura flexible, por momentos tan espontánea y sinuosa como un álbum de jazz. Una de las características más notables del texto es la formulación de preguntas que, a reserva de quien las responda, plantean un juego donde la ficción y la no ficción se traslucen. El narrador desmonta las palabras, observa sus mecanismos internos, la energía detrás de todo lo que es creado.
Esa cualidad de ensamblaje lingüístico—armar y desarmar ideas, frases, aporías, sistemas—le imprime al texto una función crítica: la de analizar supuestos y, solo entonces, adquirir saberes atemporales sobre la naturaleza del ser amado, el sentido último del cosmos y la metafísica que subyace en los límites de la nada. Las respuestas no son tan importantes como esclarecer nuestro pathos existencial. El cogito, ergo sum cartesiano se tropieza con Protágoras: el amor se manifiesta vía Facebook.
Pensar el amor, amar el pensamiento son los ejes que activan este breve tratado filosófico. A veces como novela, otras como ensayo, el cauce de las emociones proyecta un testimonio genuino. «Y el alma no conoce de tiempos ni de espacios. Solo conecta seres (dondequiera que estén) y les transmite esa energía», afirma la voz de un internauta impetuoso frente al teclado de la computadora. Hormigueos súbitos, emojis extravagantes, dudas y escepticismo. Quien no haya intentado semejante conexión de almas por wifi que arroje la primera piedra.
Hoy he vuelto a escribir, 2020
Roger Torres Agüero
Fondo Editorial Cultura Peruana
Imágenes: Unsplash I Calum Macaulay