17.12.20

el desorden que dejas_la atracción del vacío


Basada en la novela homónima de Carlos Montero, 

El desorden que dejas nos propone

un puzzle visual complejo y delicioso.



A veces parece

que estamos en el centro de la fiesta.

Sin embargo

en el centro de la fiesta no hay nadie.

En el centro de la fiesta está el vacío.

 

Pero en el centro del vacío hay otra fiesta.

 

Roberto Juarroz

 

 

El desorden que dejas construye su premisa principal a partir de un suicidio. Raquel  (Inma Cuesta), la nueva profesora de literatura en el Instituto Novariz en sustitución de Viruca (Bárbara Lennie), se ha mudado al pueblo de Germán, su pareja (Tamar Novas). Debido al extraño comportamiento de los chicos durante la clase—principalmente de Iago (Arón Piper), Roi (Roque Ruiz y Nerea (Isabel Garrido)—, descubre a su paso una serie de indicios que la llevarán a reconsiderar el suicidio como una pantalla de algo bastante turbio. Pronto se implicará más de lo necesario, hurgando en el hormiguero al grado de ponerse ella misma en peligro.


La trama típica de un thriller de suspenso es aquí el eje principal de un torbellino de secretos perturbadores y, si bien he intentado no desvelar detalles clave de la historia, configura un relato tenso, con buen manejo del ritmo y las secuencias adrenalínicas. Nada es lo que parece en Novariz y tú, como espectador, tendrás que obtener las pistas para ordenar el caos. Basada en la novela de Carlos Montero, El desorden que dejas gestiona una sabia dosificación de los elementos argumentales. Esto, por un lado, aumenta el interés a cada episodio, y por el otro, te permitirá explorar los recovecos psicológicos de cada personaje. 

 



Un acierto narrativo es el uso de tiempos simultáneos que ponen en perspectiva el pasado y el presente de la profesora muerta y su reemplazo. A través de este recurso, el relato gana en matices y nos permite construir una escena del crimen a la medida, salpicada de falsas pistas. Jugamos un puzzle tóxico y estéticamente atractivo, con música deliciosa y especial atención al detalle de los escenarios, las vistas cenitales de paisajes montañosos y exquisito gusto por la moda. La ambigüedad semántica de un buen texto se traduce a una brillante equivalencia visual: lenguajes particulares con idénticos efectos devastadores. 

 

Mención aparte merece la interpretación de Bárbara Lennie como una mujer inteligente y catastrófica. Inevitable pensar en ese otro monstruo femenino visto en la Magical Girl de Carlos Vermut. Aquí, bajo los ángulos del propio Carlos Montero + Silvia Quer + Roger Gual,  la atracción del vacío sigue causando violentas explosiones de testosterona.  


Disponible en Netflix.