La nostalgia, ese túnel paradójico.
Más allá del olvido, novela que Patrick Modiano publica en su idioma original en 1996, transpira una atmósfera de sospecha difusa respecto a los límites entre el sueño y la realidad, el amor y las identidades misteriosas. El tratamiento es, cuando menos, elusivo. En el París de los años sesenta, un aspirante a escritor narra en primera persona las circunstancias de su amorío con Jacqueline—vinculada en ese momento a Gérard y las máquinas de pinball con el objetivo de irse a Mallorca. La trama, de un estilo cinematográfico genuinamente noir, involucra una estafa, una fuga rumbo a Londres y un amor juvenil del que no conseguimos detalles íntimos. Pero ojo: estamos ante una especie de zoom in que oculta motivaciones más profundas. La transparencia del texto en primer plano envuelve un código subyugante, una clave a descifrar que sitúa al lector en un papel de espía incómodo. Por un lado, le prohíbe crear lazos afectivos. Por el otro, lo engancha a personajes inmaduros y tramposos, canallescos.El Nobel francés dispone sus leitmotivs a través de un estilizado recurso narrativo: la paradoja de la nostalgia. «Pero era inútil avanzar en mis recuerdos, pertenecían a una vida anterior que no estaba muy seguro de haber vivido», confiesa su álter ego, y entramos en duda. ¿Lo que hemos leído sucedió realmente, en un tiempo y espacio determinados, o es producto de ciertos equívocos mnemotécnicos de contundente eficacia? A lo largo del viaje, intuimos que el protagonista narra como pretexto. A la manera de Roquentin en La Náusea, crea un artefacto narrativo para poder cohesionarse en retrospectiva. «Y hoy, primer domingo del otoño, me encuentro en la misma línea de metro. Pasamos junto a las copas de los árboles del Boulevard Saint-Jacques. Las ramas se inclinan sobre las vías. Entonces, tengo la impresión de estar sobre el cielo y la tierra, y de escapar de mi vida presente. Ya nada me ata a nada. En pocos instantes, a la salida de la estación Corvisart, semejante a una estación de provincias, con su vidriera, será como deslizarse por una brecha del tiempo y desapareceré de una vez para siempre. Bajaré la pendiente de la calle y quizá tenga la oportunidad de volver a verla. Debe de vivir en algún lugar de este barrio.»¿Qué sucedió allí donde Jacqueline y este hombre sin atributos estuvieron juntos, primero en París, luego en Londres? ¿Qué es lo que no pudo pasar? ¿Y qué está ocurriendo justo ahora? Modiano plantea cuestiones de esta naturaleza para detonar en nosotros—sus testigos—una profunda reflexión sobre el paso del tiempo, la construcción/destrucción de la memoria y los estragos de una imaginación que intenta darle sentido al porvenir individual. Si Más allá del olvido es una road movie, en todo caso recorremos el mapa mental de una conciencia que anhela identificar sus orígenes, sin una ruta explícita. El método de Modiano es la nostalgia fría, carente de sentimentalismos. Turbiamente contaminada de sospechas que no llevan a ninguna parte.
El novelista es un detective de la memoria.
Patrick Modiano
Patrick Modiano
Más allá del olvido
Patrick Modiano
Traducción de María Fasce
Alfaguara, 2014