9.8.15

manson, tanatólogo



Saber sufrir es sufrir dos veces.


Debo confesar que le perdí la pista a Marilyn Manson desde hace muchísimo tiempo. A tal grado, que mi única referencia era un vídeo suyo en el que asesina sin piedad a una mujer—en Running To The Edge Of The World, de su séptimo álbum de estudio, The High End Of Low. Tomé distancia porque su sonido me parecía repetitivo y, para decirlo en corto, bastante oportunista. Como el payaso de McDonald’s, cuya sonrisa lleva el estigma de la comida barata, disneylandesca y atroz. Así Manson: su hamburguesería sonora me deprimía, y no por las razones correctas.

Pero bueno, me dije, qué más puede pasar, escuchas una canción de su noveno disco y si no te convence, a la papelera de reciclaje. Ya vendrán otros; Disneylandia tiene muchos payasos. Error. Para mi sorpresa, la cosa resultó jodidamente buena. 100% adictiva, como subirse al Superman de Six Flags veinte veces. Principalmente se debe a su sonido, muy fresco y rítmico, ligeramente glam, ligeramente electrónico/bluesero, y con la pizca necesaria de angustia furiosa. Temas de factura notable, ritmos bien trabajados y guitarreos bamboleantes como alas de Satán.

The Pale Emperor
 tiene ese regusto a sintetizadores sadomasoquistas, a te daré lo que quieres mientras sigas entre mis piernas. Del tracklist, destacan al primer acorde Third Day Of A Seven Day Binge (con una versión electroacústica genial), The Mephistopheles Of Los AngelesWarship My Wreck, The Devil Beneath My Feet y Fated, Faithful, Fatal. Los méritos del Reverendo son la elegancia tortuosa, el apego fiel a sus obsesiones y el manejo de una estructura cinematográfica brillante. Ir de noche por la carretera, bajarse del auto y descubrir que estamos muertos. A eso suena en esta ocasión.  
En cuanto a su crew, nuestro querido Marilyn se hace acompañar por Tyler Bates [guitarra, bajo, programación] + Gil Sharone [batería], entre otros colaboradores heterodoxos para temas específicos: por aquí Frank Macchia, por allá Roger Joseph Manning, Jr. Como nota al pie, Manson ha dedicado The Pale Emperor a su madre, Barbara Wagner, quien falleciera a causa del Alzheimer mientras el disco estaba en fase de producción. Si, como dijera Salvador Elizondo, saber sufrir es sufrir dos veces, aquí nos encontramos ante un excelente ejemplo de tanatología inducida y madurez musical. 



The Pale Emperor
Marilyn Manson
Hell, etc. (2015)