30.12.14

volando a contrarreloj


Aviones pilotados por mamíferos insinceros que hablan un idioma desconocido, pantallas que se inundan de mortíferos mandalas de balitas a diestra y siniestra, campañas adrenalínicas en parajes tóxicos, donde el tiempo es un factor clave. ¿De qué se trata esto? Sine Mora tiene todo para convertirse en un verdadero clásico.
  
Sine Mora fue uno de los títulos que más disfruté durante los fines de semana en la Colonia Anáhuac en la Ciudad de México, y todo gracias a Lestat Lioncoourt, un gamer/psicólogo de quien me hice amigo luego de haberle comprado Journey junto al Palacio de Bellas Artes, aquella historia del beduino que atraviesa el desierto en busca de la iluminación interior, en referencia al monomito de Joseph Campbell. Recuerdo que le pregunté a Lestato mientras comíamos alguna quesadilla de champiñones y/o de rajas con queso, si sabía de algún videojuego de naves que valiera la pena, y me enseñó el demo de Sine Mora, y ahí empezó la aventura. Cosa rara pues el Playstation 3 no ha sido ni será—sabemos que sus día están contados—una consola particularmente ambiciosa en cuanto al desarrollo de shoot ‘em ups. Apenas hay unos cuantos en su catálogo digital, entre los cuales Sine Mora destaca principalmente por su soberbia calidad gráfica, un modo de juego desafiante y novedoso, una deliciosa banda sonora de estilo minimalista, y la sensación de que estamos ante algo inaudito: una pequeña joya iridiscente. Ya en Mérida, mi hermano Álex se ha quedado deslumbrado, se ha vuelto loco también, y no lo soltó por meses. Esto, quizá por la nostalgia de cuando jugábamos Super Nintendo y nos alucinaban los paisajes/la música/los jefes de nivel/la lluvia de balas de Axelay, sin duda el mejor título de naves de esa consola noventera (únicamente eclipsado, tal vez, por Star Fox). Sine Mora no se queda atrás. Su estética retrofuturista se inspira en el dieselpunk, la historia es protagonizada por animales antropomorfos bastante canallescos, el diseño de combate contra los jefes corrió a cargo de Mahiro Maeda—¿les suena Evangelion?—, y fue producido por el buen Suda51, además de tener más ambient sonoro que un concierto del Boiler Room [cortesía de Akira Yamaoka]. Mi fetichismo auditivo se ha dejado enamorar por este trailer, que les dejo a manera de listoncito rojo. También está disponible para IOS y Windows. La vida es breve, lléguenle.