Sine Mora fue uno de los títulos que más disfruté durante los fines de semana en
la Colonia Anáhuac en la Ciudad de México, y todo gracias a Lestat Lioncoourt,
un gamer/psicólogo de quien me hice amigo luego de haberle comprado Journey junto
al Palacio de Bellas Artes, aquella historia del beduino que atraviesa el
desierto en busca de la iluminación interior, en referencia al monomito de
Joseph Campbell. Recuerdo que le pregunté a Lestato mientras comíamos alguna
quesadilla de champiñones y/o de rajas con queso, si sabía de algún videojuego
de naves que valiera la pena, y me enseñó el demo de Sine Mora, y ahí
empezó la aventura. Cosa rara pues el Playstation 3 no ha sido ni será—sabemos
que sus día están contados—una consola particularmente ambiciosa en cuanto al
desarrollo de shoot ‘em ups. Apenas hay unos cuantos en su catálogo digital,
entre los cuales Sine Mora destaca principalmente por su soberbia
calidad gráfica, un modo de juego desafiante y novedoso, una deliciosa banda
sonora de estilo minimalista, y la sensación de que estamos ante algo inaudito:
una pequeña joya iridiscente. Ya en Mérida, mi hermano Álex se ha quedado
deslumbrado, se ha vuelto loco también, y no lo soltó por meses. Esto, quizá
por la nostalgia de cuando jugábamos Super Nintendo y nos alucinaban los
paisajes/la música/los jefes de nivel/la lluvia de balas de Axelay, sin
duda el mejor título de naves de esa consola noventera (únicamente eclipsado, tal
vez, por Star Fox). Sine Mora no se queda atrás. Su estética
retrofuturista se inspira en el dieselpunk, la historia es protagonizada
por animales antropomorfos bastante canallescos, el diseño de combate contra
los jefes corrió a cargo de Mahiro Maeda—¿les suena Evangelion?—, y fue
producido por el buen Suda51, además de tener más ambient sonoro que un
concierto del Boiler Room [cortesía de Akira Yamaoka]. Mi fetichismo auditivo
se ha dejado enamorar por este trailer, que les dejo a manera de
listoncito rojo. También está disponible para IOS y Windows. La vida es breve,
lléguenle.