Más de 400 años han pasado desde que Guy Fawkes trató de hacer volar el
parlamento inglés en un intento de asesinar al rey Jacobo I y restaurar así los
poderes de la iglesia católica. Siglos después, en el XXI, esa fecha cobró
relevancia más allá de lo local, pues lo ocurrido aquel 5 de noviembre dejó de
ser un suceso aislado, propio de los textos históricos ingleses, para
convertirse en una especie de símbolo de la lucha por la defensa de los ideales
y derechos de los oprimidos por los poderes absolutos y totalitarios, gracias a
la magia de los medios masivos de comunicación.
Cosa curiosa, Guy Fawkes fue un terrorista católico, un ultraderechista;
idea lejana de lo que muchos portadores de una máscara con su rostro, en
protestas antisistema, imaginarían; y su captura y muerte, ocurrida un 5 de
noviembre, fue siempre motivo de alegría para el pueblo inglés que cada año se
lanzaba a las calles a quemar efigies de Fawkes para recordar y reiterar el
rechazo ante los excesos y lujos de la iglesia. En pocas palabras, la muerte de
Fawkes significó el fracaso de una conspiración que pretendía devolverle a la
jerarquía católica todos sus poderes, y un triunfo de sus opositores.
Sin embargo, ese rostro sonriente ya no es más Guy Fawkes, pues se ha
convertido en V, gracias al cómic V for
Vendetta y sobre todo a la adaptación al cine que del mismo se hiciera en
el año 2005. La aparición de este film significó un giro de tuerca en la
percepción que sobre Guy Fawkes se tenía, pues no solo lo puso en el mapa del
interés mundial, sino que convirtió su rostro en un nuevo símbolo liberal de
lucha y libertad, algo así como lo que por mucho tiempo representó el rostro
del Che Guevara. Si en los años sesentas y setentas abundaban pintas del rostro
del Che en las calles de muchas ciudades, hoy no es raro encontrar igual (o
más) frases e imágenes de este personaje.
No obstante, Guy Fawkes no era como V, pero esto dejó de importar en el
imaginario popular cuando a Fawkes le tomaron prestada la identidad para
convertirla en un commodity mucho más
interesante, universal, y vendible: "una idea, más allá de la carne y el
hueso, a prueba de balas, simplemente inmortal". V lucha por la justicia,
por la libertad, y por la revalorización del pueblo, y eso es quizá lo único que
cuente ahora. El juicio sobre Fawkes, que quede en manos de los historiadores
ingleses. Por otra parte, lo que V representa, aunque producto del cine como
actividad comercial más que artística, es ahora patrimonio del mundo entero.
"Recuerden, recuerden, el 5 de noviembre, no hay razón alguna para olvidar
la conspiración de la pólvora"
dice la canción, y esta frase nunca tuvo tanto sentido como ahora. Y aunque sea
más por V que por el propio Fawkes, no olvidemos (por no decir entendamos)
de dónde vino aquella maquinación tan popular y apreciada por muchos conocida
como V for Vendetta.