3. A su vez, The Reader se basa en la novela Der Vorleser, del escritor
y jurista alemán Bernhard Schlink, traducida a treinta y nueve idiomas, un fenómeno
de ventas. El hilo argumental de fondo se sitúa en la Alemania nazi. Mediante
el uso frecuente de flashbacks, en la
película observamos lo que ocurre antes, durante y después del amorío entre
Michael y Hanna. Un día, inesperadamente ella se va y Michael continúa sus estudios.
Al paso de los años, ya en la facultad de derecho, el joven asiste como observador
a los juicios contra criminales de guerra y aviva sus recuerdos del romance que
vivió con Hanna cuando la reencuentra entre las acusadas: las sesiones de
lectura en el cuarto donde tenían relaciones sexuales, los pleitos, las
reconciliaciones, los instantes de ternura y las reacciones emotivas de esta
fascinante mujer, quien recibe cadena perpetua por su responsabilidad directa en
Auschwitz. Michael, aun sabiendo que puede testificar a su favor, se abstiene
y, reprochándose su cobardía, graba unas audiocintas con las narraciones que
acostumbraba leerle antes o después de hacer el amor. Anna entonces aprende a
leer y escribir. Pide en préstamo los mismos libros en la biblioteca de la
cárcel, y le escribe cartas. Pero él no responde.
4. La versión de Daldry
sobre la novela de Schlink entreteje literatura, analfabetismo y amor
sin melodramas embarazosos, explora el nazismo prescindiendo de los
estereotipos a lo Spielberg y plantea interrogantes morales complicadas. Si
Hanna merecía o no el castigo, si era un chivo expiatorio del estado y a través
de su condena la sociedad alemana lavaba sus culpas, si representaba un atenuante el
hecho de que no supiera escribir, son cuestiones que el espectador debe revisar
camino a casa, en el auto, en la parada de autobús. Revolutionary Road, a su vez,
problematiza el tema de la pareja progresista, los roles del hombre y la
mujer dentro del matrimonio y el dilema del aborto como solución a las
frustraciones conyugales. De paso, reivindica la obra de un escritor muerto en
el olvido. Conviene señalar que Winslet recibió por la cinta de Daldry premios importantes:
un Oscar por mejor actriz y un globo de oro, un BAFTA y un premio del sindicato
de actores por mejor actriz de reparto. Pero esa no es la única ni la más poderosa
razón para verla actuar: Winslet trae la marca del diablo. Consigue sacudirnos.