20.5.18

monos en full hd


El port de Donkey Kong Country Tropical Freeze
ha llegado al Nintendo Switch.


REWIND

La genealogía de Donkey Kong Country abarca tres décadas con sus respectivas pausas. Los orígenes se remontan a 1994, época complicada en términos de saltos generacionales: mientras el Super Nintendo vendía sus mejores títulos, Sony preparaba el lanzamiento de Playstation. Los 16bit permitieron el desarrollo de videojuegos plataformeros robustos en 2D: Castlevania IV, Super Mario World, Yoshi’s Island y, claro, la saga de los monos. Por aquel entonces, Nintendo y Rare se habían asociado para crear una experiencia inédita, con modelos pre-renderizados en 3D que lucían impresionantes ante los ojos de un niño.

En los años siguientes fueron lanzados dos títulos más: Diddy’s Kong Quest [1995] + Dixie Kong’s Double Trouble! [1996], que terminaron por desgastar la fórmula original. Durante el reinado del Wii, Rare le cedió la antorcha a Retro Studios, que preparó una nueva entrega desafiante: Donkey Kong Country Returns [2010] posee una dificultad enorme, de un sadismo encantador. Tropical Freeze [2014], lanzado originalmente para Wii U cuando la consola había perdido ya el apoyo de las third parties, fue una demostración de valentía, pese a sus bajas ventas. Hoy, la versión de Switch tiene como competidor directo al nuevo God of War, la exclusiva de PS4 que nos muestra a un Kratos maduro y paternal.

Los tiempos actuales reclaman héroes antiguos.

NEW [?] GAME

DKC Tropical Freeze llegó con un lavado de cara en su versión más reciente. Ahora corre a 1080p y 60fps, lo cual mejora significativamente la experiencia visual. La versión portátil mantiene 648p estables; luce muy nítida. El gameplay incluye el nuevo Modo Funky para facilitarle las cosas a los jugadores menos entrenados, con la incursión de Funky Kong y sus cinco corazones de energía, doble salto e inmunidad a los pinchos. Una gran ayuda si quieres evolucionar. Aunque necesitarás precisión y paciencia en las escenas más desafiantes, como la 4-2: Rieles hostiles, la 5-2: Canales y canallas, y la hermosísima 6-6: Alud alucinante. Los tiempos de carga se han reducido, por lo que vas a esperar menos entre niveles. El cartucho de la consola híbrida no contempla grandes cambios. Es un port, ni más ni menos. Eso sí, uno muy bueno.

El valor de compra aumenta por su rejugabilidad. Los niveles ocultan letras KONG que abren portales a los mundos K, donde podrás sufrir miles de caídas en los Templos Secretos—solo aptos para gamers audaces. Otro añadido son las pistas musicales desbloquedas al derrotar a los jefes principales de cada sección, y sí: David Wise regresó a componer nuevos temas, mezclar los grandes clásicos, y ambientar cada ecosistema con ritmos pegajosos. Llevártelo a la playa sería justo y necesario; el modo cooperativo permite que un acompañante sea tu cómplice de monerías. Quizá el único inconveniente sea su precio: en México, de $1,400 pesos. Un costo excesivo si pensamos que se trata de un título publicado hace cuatro años que vive su segundo aire. Los haters de Nintendo se ríen de la situación: venderte como nuevo algo que no lo es y, encima, cobrártelo más caro, solo tiene un nombre: _____________.

Lo bonito cuesta.