Miradas Cruzadas.
Cinco artistas españoles contemporáneos se exhibe actualmente y hasta
el 11 de noviembre en la Sala Donceles del Centro Cultural de España en México,
bajo la organización del Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca. Miguel Ángel
Muñoz, su curador, señala que las obras plantean una reflexión acerca del
espacio y los distintos fenómenos que lo conforman —vacío, distancia, luz,
movimiento. A través de dibujos, collages, gráficas y documentos de carácter
histórico, el concepto de homenaje revisionista permea todo el recorrido. Aquí
un rápido vistazo.
Rafael Canogar (Toledo, España,
1935) articula formas geométricas —por lo general, cuadrados y rectángulos— que
aparecen de forma insistente. Así, Rebaba, 1998, logra expresividad en
virtud del negro y el rojo con destellos de amarillo. El pintor español realiza
piezas cuyos colores cálidos interactúan bajo cierta organicidad que se
manifiesta en las texturas de los papeles y a través de los fluidos cromáticos
de trazo limpio. A este conjunto pertenecen tres collages sin título y dos
aguafuertes combinados con collage: Brazal, 2001 y Rastro,
1998.
Josep
Guinovart (Barcelona, España 1927-2007) introduce litografías y
obras en técnica mixta con un apropiado balance entre color y trazo. A veces el
empleo de los amarillos fantasmales atenúa la desmesura de una línea gruesa,
disonante. En todo caso, el accidente privilegia la composición, como en el
caso de las litografías coloreadas a mano. De este modo, Sin título,
2004, ostenta un pequeño cuadrado de papel aluminio en la parte superior. Y la
pieza que le acompaña, de 1974, posee una procesión de gestos que resaltan su
visceralidad.
Antoni Tàpies (Barcelona,
España 1923-2012) despliega un clasicismo elegante y taciturno; el tono
lánguido envuelve a Flocat Gris, litografía de 1978, en una
tranquilidad magnética. Muro remite a un espacio en completa
oscuridad, siniestro, con halos de luz blanca sacrificada por sombras. Lo que
se insinúa es más provocativo que lo contemplado. Calaveras despliega
un grafismo salvaje y punk: negro sobre blanco, notas musicales, palabras,
símbolos. Este recurso se radicaliza en Sin título, SF, una
litografía con violentos trazos negros y grafías incomprensibles.
Las formas-fondo de Eduardo
Chillida (San Sebastián, España 1924-2002) sugieren diagramas gestálticos. Los
filamentos blancos dentro del negro absoluto, así como el uso del rojo en
composiciones angulares, con destellos de amarillo, son algunas de las
estrategias con las que sacude las superficies. Un aguafuerte sin título y sin
fecha derrama en un espacio de 43 x 40 cm una multitud de manchas con algunas
formas geométricas menores, parasitarias, que han crecido como hongos en su
borde interior. Piezas que oscilan entre lo geométrico y lo gestual.
Albert Ràfols-Casamada
(Barcelona, España 1923-2009) plasma en lápiz de color sobre papel un azul casi
näif, con sencillez y simplicidad afortunadas; Signos y Sin
título, ambas del 2003, lo demuestran. Sin título, aguafuerte de la
serie Signo y color, 2008, es el puro juego espontáneo, pequeña masterpiece
de ludismo informalista. Los collages de Suite Berlín, 2003,
privilegian el accidente, la gratuidad automática. Serie Paris,
2003, sigue transmitiendo una franqueza descuidada, como unos tenis Converse
después de 6 meses.
Sin embargo, resulta primordial la presencia
del futuro espectador en este montaje.
–Christian
Núñez