9.10.13

Escúchame, Señor. Entrevista con Luis Armenta Malpica



 
 ESCÚCHAME, SEÑOR
Entrevista con Luis Armenta Malpica
  
 
Fundado en 1996 —con sede en Guadalajara, Jalisco—, Mantis Editores es un sello especializado en poesía, con casi 200 títulos, cuyo trabajo fue reconocido con la Pluma de Plata que otorga el Patronato de las Fiestas de Octubre de Guadalajara (en 2006). Realiza coediciones bilingües con Écrits des Forges (Quebec) y Selo Sebastião Grifo (Brasil). conejobelga entrevistó a su director editorial, Luis Armenta Malpica, quien además nos ofrece una pequeña muestra de Escúchame, Señor, título del hispanista, traductor y editor italiano Emilio Coco. –Christian Núñez

A 15 años de labor dentro de Mantis, ¿qué procesos de cambio has visto en el mercado editorial mexicano? En septiembre cumpliremos 16 años y realmente los procesos en el terreno editorial son lentos: se decía que con la aparición del formato digital (libros electrónicos, blogs, etc.) desaparecería la industria y, al menos en lo que a nosotros corresponde, simplemente agregamos un vehículo más a nuestra forma de promoción. Hemos entrado tímidamente en el mercado del libro electrónico y subimos un porcentaje de los libros impresos a la red. Fuera de eso, nos mantenemos como al principio, con el mismo tiraje y las mismas ganas de hacer libros impresos de alta calidad.
 
¿Qué riesgos asume el editor para continuar su labor en un género que no es para las multitudes? El mayor riesgo es creer en el arte y en la inteligencia del ser humano. Frente a la uniformidad mediática, a las modas y vaivenes que impone la mercadotecnia y la pereza de algunos individuos, apostamos por ofrecer contenidos que motiven la reflexión, que involucren de manera más profunda a los lectores con su siglo y su espacio: no debemos perder de vista que estamos en el siglo XXI, pero tampoco que trabajamos con las emociones más intensas y básicas de los hombres. Un equilibrio entre la forma y el fondo, entre el decir (actual) y su correspondencia emocional y sensorial con los seres humanos sería, si cabe, uno de los riesgos que más nos apasionan en nuestro quehacer editorial.

¿Cuáles son los criterios básicos del consejo editorial de Mantis para publicar un poemario? Existen tres consejeros y cada uno tiene su punto de vista, contrastado, para que no se uniforme nuestra línea editorial. Así, siempre mantenemos a un autor del norte del país, otro del centro y uno del sur, para cobijar lo más posible la visión de lo que ocurre en el país. Además, todos son poetas y excelentes lectores y críticos, se dedican a la docencia o a la promoción cultural y son extremadamente curiosos de lo que acontece con la literatura en el mundo: de América del Sur a Nueva Zelanda, de Canadá a Rumania, siempre en busca de las voces que nos parezcan más singulares, propositivas y apasionadas. Se persigue el riesgo, pero nunca alejado de la emoción; se valora el lenguaje y los recursos literarios, pero jamás por sí mismos, sin acompañamiento de lo más entrañable, de la intuición, de la honestidad para ser y estar en este mundo.
 
¿Podrías hablarnos sobre sus colecciones… Actualmente manejamos tres colecciones. Terredades, que agrupa a los autores que publican en español como a las publicaciones bilingües: francés-español y portugués-español. Vamos a lanzar este año unos títulos en inglés-español y tenemos ya el compromiso de cinco títulos al menos en rumano-español para 2013. La colección Liminar, que es nuestra carta de lujo, con autores de gran prestigio y un formato personalizado en conjunto con el autor, quien propone a su ilustrador, elige su caja, su tipografía y nos acompaña en todo el proceso editorial, y la colección más reciente, Yo’o joara, en conjunto con Escritores de Cajeme, A.C., que al momento consta de 12 títulos de diversos autores de Latinoamérica y de Italia.
 
…y los títulos más recientes? Acabamos de sacar Escúchame, Señor/Ascoltami, Signore, de Emilio Coco, en versión de Guillermo Fernández (tal vez uno de sus últimos trabajos terminados completamente) y publicado por primera vez en nuestro país, en español. Están en imprenta varios libros que me parecen imprescindibles para la poesía: Navegación en yoremito, de Abigael Bohórquez, y Aguas aéreas, de Nestor Perlongher, ambos en la colección Liminar (en coedición con la Universidad Autónoma de Nuevo León) y que son reediciones muy esperadas por el público conocedor, ya que se agotaron hace muchos años y no han vuelto a circular en México o lo han hecho en ediciones muy pequeñas y locales.
 
Javier Acosta comenta que «necesitamos un arte implicado en la experiencia humana, que se convierta en un atractor extraño.» ¿Porqué seguimos buscando la belleza, aun en medio de una crisis global? Más que la belleza (que podría ser inherente a la poesía, pero no imprescindible), creo que la poesía (o yo como poeta y editor, para no atribuirme una certeza general) propone un mundo sucedáneo, alterno, al mundo real. A diferencia de la narrativa de ficción, un mundo que nace desde el hombre y va a parar al interior del hombre. Esta experiencia de lo humano, a que hace referencia Javier es, para Mantis editores, lo que constituye su honestidad, su basamento. Sin la experiencia humana el lenguaje es más un producto racional que emocional. Bien para quienes le apuestan. A Mantis editores no le basta con el lenguaje, lo quiere, sí, lo más rico posible, en la riqueza de la palabra y del emisario.
 
¿Hacia dónde se dirige la gestión cultural y cuáles son los principales obstáculos en México para su desarrollo? Esta pregunta va más encaminada a los gestores y promotores culturales y no sé si un editor de poesía esté bien representado en esta categoría. Uno, como editor, debe preocuparse porque los mejores libros lleguen bien cuidados en su proceso de edición, impresión y distribución, a los lectores y librerías. En este campo, el mayor obstáculo es la excesiva comercialización de un libro: que su precio deba amparar los costos de movilización en el país y en el extranjero, la falta de estímulos para este desplazamiento, la excesiva carga en el envío de material cultural a otros países, etc. Asimismo, el poco interés de las grandes cadenas de distribución en la poesía, pero esto no es un obstáculo invencible, porque el buen lector de poesía siempre buscará la manera de encontrarse con el libro que ansía. Ahora, con internet y las redes sociales, quien no encuentre un libro que ha perseguido por años es más por culpa suya que de los gestores.
 
¿Qué estrategias consideras eficaces para inducir en los lectores el interés por la poesía? Ninguna. A nadie se le enseña a hacer el amor y todo mundo lo practica, desde pequeño. A quien le interesa el futbol se hace de un balón y un par de piedras y comienza su propio juego. El lector de poesía debe hacer lo mismo, por sus propios medios. Si a alguno no le interesa la poesía no hay porqué obligarlo o interesarlo. Cuando sienta un hueco en su espíritu u otros libros lo desilusionen, probablemente encontrará un libro de poesía que lo haga cómplice y, como hacemos con la gente y los amigos, empiecen una relación que se irá ampliando y enriqueciendo.
 
Por último, qué proyectos esperan realizar en el semestre que resta del 2012. Tenemos poco más de 40 títulos por editar y publicar en este año, en español, francés, portugués e inglés y de autores ya fallecidos, de prestigio y promesas muy serias. Rebasaremos los 250 títulos en el catálogo y no solo confirmamos nuestras alianzas con los coeditores de fuera y dentro del país, sino que seguimos conformando una alianza de editores mexicanos independientes que se fortalece día con día. El trabajo no es únicamente nuestro, así que hacemos nuestra parte con orgullo, con tesón y, sobre todo, con paciencia.

Escúchame, Señor
Emilio Coco 
Versión de Guillermo Fernández
Mantis editores – Luis Armenta Malpica 
Escritores de Cajeme, A.C. 
1ª edición, 2012
 
Grazie, Signore
per questa creatura
che, scuotendosi la pioggia dalle ali
s’avvicina a saltelli circospetti
a beccare una briciola di pane
quasi sotto il mio piede
mentre aspetto seduto su una panca
la corriera che mi riporta a casa
dopo una notte insonne in ospedale.
Grazie di cuore per la compagnia.
Grazie per non averla intimorita.


Gracias, Señor
por esta criatura
que sacudiéndose la lluvia de las alas
se acerca con saltitos circunspectos
a picotear una miga de pan
casi bajo mi pie
mientras espero sentado en una banca
el camión que me regresa del hospital a casa
tras una noche insomne.
De corazón te agradezco su compañía. 
Gracias por no haberla intimidado.
***

Ti lodiamo, Signore
per questa nostra doccia
coi vetri trasparenti a portafoglio.
Ci piaceva così, fuorimisura
novanta per novanta e la comprammo
per starci entrambi dentro.
Che meraviglia d’acqua
scrosciante sopra i nostri corpi nudi
che mista al bagnoschiuma disegnava
cirri paradisiaci.
E saremmo rimasti
a vivere lì dentro
se il letto non ci avesse convocati
nella complicità
dei nostri giovani anni odorosi di talco.
Lontane quelle notti in cui la carne
fremeva sotto i colpi del piacere
guardo le forme incerte
dietro gli stessi vetri
velati dagli spruzzi del vapore
mentre allo specchio abbraccio con il filo
i miei denti posticci.
Proviamo a far l’amore?, ti propongo.
Fingi di non capire e mi sorridi
compassionevolmente
spalmandoti la crema 
sopra le cosce tremule.


Te alabamos, Señor
por nuestra ducha
de puerta transparente y plegadiza.
La queríamos así, muy amplia
noventa por noventa, y la compramos
para estar ambos dentro.
Qué maravilla de agua
chorreante en nuestros cuerpos desnudos
que al mezclarse con la espuma dibujaba
cirros paradisiacos.
Y habríamos permanecido
viviendo allí
si la cama no nos hubiera convocado
en la complicidad
de nuestros años jóvenes, olorosos a talco.
Lejanas noches en que la carne
se estremecía con rachas de placer;
miro las formas vagas
tras los mismos vidrios
velados por los chorros del vapor
mientras en el espejo abrazo con el hilo
la dentadura falsa.
Y te propongo, ¿hacemos el amor?
Finges que no has oído y me sonríes
lastimeramente
untándote la crema 
sobre los muslos trémulos.
***

Perdonami, Signore
se stamattina in chiesa
mi sono sconcentrato
per via d’un fondoschiena portentoso
che m’ha turbato ai miei settantun anni
mentre accoglievo l’ostia consacrata.
Sia lode e gloria a te ho mormorato
per questa meraviglia che ci hai dato
la prova più provata 
della magnificenza del creato.

Perdóname, Señor
si esta mañana
me distraje en la iglesia
a causa de un trasero portentoso
que turbó mis setenta y un años
mientras recibía la hostia consagrada.
Alabado seas, te murmuré
por esta maravilla que nos diste
la prueba más fehaciente  
de la creación divina.
 [Fotografía: Rodrigo Violante]


Publicado originalmente en Origama [15.07.2012]