13.10.13

Monsieur Kaos

 

 Monsieur Kaos
 
Pueblo Joven, de Luis M. Hermoza (Lima, 1977), se compone de un conjunto de versos en forma de espiral descendente que anticipan el caos al que cada día la especie humana se aproxima con paso firme. Y ya que los conceptos de racionalidad y civilización se han visto fragmentados, el lenguaje surge del fondo de la tierra con una mezcla de ironía y lucidez agrietadas. El autor reflexiona fuera del búnker, aunque ignoramos si lo hace antes o después de la guerra. Como si hablara consigo mismo en un estacionamiento tras un accidente automovilístico, entrega un reporte con implicaciones éticas, pero la notable ambigüedad del discurso amplía el sentido final. No se sabe si la voz repasa esa misma caída por resentimiento o necesita la agresión para saber de sí misma. En cuanto a los recursos sensoriales, la obra es rica en escenas que se abren al diálogo con el sadomasoquismo, la naturaleza furiosa y el ambiente de lujuria estandarizada de las metrópolis. Hay un deseo nihilista de mirar cómo el mundo se dobla de rodillas, y las mujeres de coños peludos tiritan de frío, abrazadas a los postes de electricidad.

Íntimamente ligado a la ciudad de París, a la cual el poeta peruano llegó desde Barcelona, Pueblo Joven fue escrito a -7 grados de temperatura, en el anonimato y en unos cuantos meses. Se autoproclama el primer poemario cornelista, con «una visión futurista cargada de pesimismo sobre nuestras civilizaciones que no tienen otro destino más que el Kaos», señala Hermoza. A la reciente versión de la Cátedra Miguel Escobar G. le antecede una publicada en Londres en 2011, bajo el sello Trafalgar Square. «La poesía está en su mejor momento. Lo que está en problemas es el mundo editorial de la poesía», sostiene el autor. Ambas afirmaciones merecen una nota a pie. Hay que señalar que si bien existen buenos poetas, nuestra realidad cotidiana está sumergida en otro tipo de poesía, más sanguinaria y atroz. El mundo ya excedió la metáfora. Con el añadido de que el mexicano lee poco, y lo poco que lee es todo menos poesía. En cuanto a la crisis editorial, México aún cuenta con editores dispuestos a arriesgarse tanto como los poetas, pero el desafío exige también lectores arriesgados. 

Hermoza encuentra correspondencias entre caos, palabra y pensamiento con un estilo sometido a la inmanencia. El aquí y ahora ultraveloces admiten solamente «buques de guerra como sombras de madres», «viejos amigos ahogados flotando boca arriba», «palomas ardillas», gaviotas «plateadas y encendidas por el fuego azul de nuestros ojos». Una fauna apocalíptica sin apocalipsis, que llegó como lluvia ocasional y se ha transformado en contingencia ecológica. Sin embargo, las malas noticias apenas se vislumbran. Pueblo Joven arroja polvaredas en atmósferas de efecto invernadero, donde los ojos arden por la contaminación, los niños usan máscaras de gas y los adolescentes planean encuentros sexuales en playas muertas. La realidad es una alfombra  viscosa. Un sueño de liebres y coyotes. Una pesadilla a párpados abiertos. «Parece paradójico, pero el ser humano, incluso con sus mejores intenciones, ha trabajado desde siempre para destruir su entorno y, en consecuencia, destruirse a sí mismo», declara el escritor ante un público bautizado con su propia sangre.

«Hay suficiente traición, odio, violencia, necedad en el ser humano corriente / como para abastecer cualquier ejército o cualquier jornada», ha escrito Bukowski. Pueblo Joven lo confirma con el cuchillo en las manos.
 
–Christian Núñez
 
Pueblo Joven
Luis M. Hermoza
Cátedra Miguel Escobar, México, 2013
 
Publicado originalmente en Origama [15.08.2013]