8.6.17

distopías cinéfilas


Esta historia continuará.
 
1. Las distopías de hoy se plantean en términos de control poblacional mediante nuevas tecnologías, la trinidad robots/androides/humanos, el agotamiento o suministro fascista de recursos terrestres, invasión de nuevos planetas y un clima de menopausia social que funciona como burbuja dramática.

2. El cine distópico reúne dentro de sus historias uno o más factores. Cada director amplía su marco de acción hasta donde la creatividad, el presupuesto y el ingenio lo permiten. No faltan las producciones basadas en libros. Porque, de hecho, la narrativa es el jardín botánico de los bonsáis distópicos.

3. Antropófagos e infectados: La carretera (John Hillcoat, 2009) se basa en la novela homónima de Cormac McCarthy, ganadora del Premio Pulitzer 2007. El videojuego The Last Of Us (2013), del estudio Naughty Dog, también se inspira en esta historia. Y la película Maggie (2015) es un trasunto de la misma trama.

4. Catástrofes planetarias: En Snowpiercer (Bong Joon-ho, 2013), un tren transcontinental divide a los únicos sobrevivientes de una glaciación en dos únicas clases sociales. Elysium (Neill Blomkamp, 2013) plantea un futuro donde los ricos habitan un paraíso espacial apartados de la miseria y anarquía de la Tierra.

5. Infiernos sociales: Ya sea por control poblacional y aplanamiento de las emociones, como en Equals (Drake Doremus, 2015) o por el fanatismo genético hacia las enfermedades de los famosos—el caso de Antiviral (Brandon Cronenberg, 2012)—, los seres humanos somos máquinas de infelicidad infinita.



6. Anarquismo contra el sistema: Desde películas como V de Vendetta (James McTeigue, 2005) hasta series como Mr. Robot (2016/2016), de Sam Esmail, pasando por blockbusters del tipo Mad Max: Furia en el camino (George Miller, 2015), la rebeldía siempre ha sido bien vista dentro de las tramas distópicas.

7. Depresión galáctica y clones: Basada en la novela homónima de Kazuo Ishiguro, Nunca me abandones (Mark Romanek, 2010) narra la historia de un par de chicos creados genéticamente para donar sus órganos. Melancholia (Lars von Trier, 2011) explora el lado más depresivo y bipolar de una colisión interplanetaria.

8. Animé desalmado: Mención aparte merecen piezas maestras del animé que no debes perderte. La saga Ghost in the Shell, originalmente lanzada en manga por Masumune Shirow en 1989, es referencia obligada. Lo mismo que Evangelion, la obra maestra de Hideaki Anno, saturada de sangre, culpa y misticismo.

9. La distopía nace como una observación pesimista frente al estado actual de cosas. Sobrevuela más allá del espacio y el tiempo. Recurre a lo ficticio para desnudar verdades incómodas. La burbuja de lo real estalla: creemos percibir qué hay del otro lado. A su modo, es ingenua. Predica que el cambio está por venir.

10. Paradójicamente, es el desfase entre la esperanza futura y la desesperanza presente lo que anima una buena parte del sistema de creencias distópico. La maquinaria idealista nos reclama altas dosis de fe; somos una raza testaruda. Del caos surge nuestro heroísmo, y viceversa. Como en la saga de Alien: lo distópico está en nosotros.