El
diálogo se reanuda el 18 de mayo de 2018, en BlackMoon Custom Tattoo, el
estudio de Leto Martín. Rosaura me recibe un día después de haberse tatuado el
hombro izquierdo. Le obsequio un libro de Tumbona Ediciones: 62 maneras de apoyar la cabeza (y unas
cuantas más). Platicamos en una pequeña sala por un lapso de dos horas
sobre tatuajes y feminismo. El tiempo vuela.
EXPO
Presenté un mural hace aproximadamente
un mes, dos meses, no recuerdo exactamente, pero está en el Museo de la Ciudad,
en una exposición que fue parte de la Semana de las Artes. Reunimos a varios
ponentes, entre artistas, promotores culturales y museógrafos. El tema es el
acoso callejero. Yo nunca hablo de esas cosas en mi trabajo. Siento que cuando
me refiero al asunto, encuentro mucha resistencia, me tratan como si estuviera
loca, hay gente que se ha atrevido a echarme la culpa. Entonces, lo evito. Pero
justo cuando empecé a trabajar con Leto Martín, las cosas fueron cambiando, pues
tanto ella como muchos otras chicas vienen y también comparten sus versiones.
Hubo un tipo que llegó al
museo y comentó que la pieza era el mural de Todos los hombres son malos. Afortunadamente, un compañero le
explicó que desde su punto de vista, efectivamente, todos los hombres tienen el
potencial de ser malos. El señor se sorprendió de no sentirse respaldado, y se
fue.
MENSAJE
No puedo dejar de
manifestarme políticamente. Al principio, no quería utilizar mi obra para
quejarme, o para terapearme, y exponer el resultado. Eso no me late. Prefiero
que sea una situación que haya logrado resolver racionalmente y luego pueda
abordarla con los principios técnicos del arte. Porque siento que muchas veces,
la banda que hace obra muy apasionada y sin pensar, ni siquiera está fijándose
en que existe un bagaje técnico enorme. Puedes llegar a niveles de dominio en
la pintura o el grabado como cualquier maestro de la historia, pero eso no va a
suceder debido a que estés llorando y pateando el lienzo. Así no es. Si vas a
enviar un mensaje con la obra, tienes que encargarte de que la comunicación sea
correcta.
Prefiero a la gente que
se interesa por cómo resolver lo económico, en qué círculos sociales se va
moviendo, y que está puliéndose en su trabajo, a los artistas que andan como
bohemios por la vida, improvisando sin lograr nada, ya sabes.
MURALES
Los principios o los
discursos que aprendes en la universidad te hacen creer que eso es lo que debes
de decir. Sin embargo, veo que quienes avanzan honestamente en sus propias
ideas son los que tienen un trabajo más interesante. Si tienes esa parte
resuelta, vas a empezar a conectar con la gente.
Los murales comenzaron
casi por casualidad, porque yo hacía grabado y dibujos en formato pequeño, y un
día un amigo me dijo: Te compro unos
murales. Y le respondí: Si yo nunca
he pintado un mural, no sé de dónde quieres que pinte un mural. Y bueno,
pinté para su restaurante de mariscos sobre dos superficies, unos seis o siete
proyectos en total. Y pues ahí siguen. Como los subí a Internet, me llamaron
otras personas. Unos vatos que hicieron un proyecto de sustentabilidad con el
Ayuntamiento de Mérida, me invitaron a pintar con ellos. De repente los mismos
muralistas me llevaban a Sisal, donde por cierto el resultado fue un fracaso
porque la pared se cayó a los tres días; no estaba bien adecuada. Pero siempre
tienes que hacer ese tipo de cosas o enfrentarte a cierto problemas para
aprender.
Lamentablemente, en la
escuela te enseñan aspectos muy básicos. Lo teórico está avanzado, pero no
trasciende a la historia contemporánea. Se queda hasta el siglo 20, y no te
hablan de las tendencias actuales. Vemos hasta las vanguardias, hiperrealismo y
un poco de Duchamp, pero ya pasó demasiado tiempo.
TÉCNICA
Prefiero trabajar con
acrílicos. Intenté hacer murales con aerosol, pero no me gustó mucho el
resultado. Es una técnica muy noble, aunque prefiero las pinceladas. Hace poco tomé
un curso con Patricio Betteo en Internet, y no es posible que en seis capítulos
haya aprendido tanto en comparación con la universidad. Y no digo que esta sea
completamente mala o algo así, pero siento que el nivel es muy bajo.
Un amigo me decía hace
poco, con un tono entre burlesco y provocador: Oye, Rosaura, ¿pero tus murales son arte? Y yo así de: ¡No sé! Pero no me importa. Trato de ser
crítica, y por lo menos yo sí me he sentido un poco decepcionada al salir de la
escuela. No sé qué le falta exactamente a mi carrera o a la UADY en general
para que los egresados no terminen desempleados. A muchos artistas les cuesta
un trabajo impresionante, porque tienen
que avanzar donde antes no había nada. Obviamente, tienes que ceder con lo
que las personas te van pidiendo. No siempre tienes que tatuar, no siempre
tienes que pintar murales, no siempre tienes que hacer activismo. Puedes hacer
lo que quieras. Hasta el día de hoy, he podido rebatir a las personas que me
han cuestionado. No tengo conflicto con eso.
Muchas de las
conferencias a las que asistí durante la licenciatura concluían diciendo que el
capitalismo apesta y es lo peor que le ha pasado a la humanidad, y deberíamos
hacer algo al respecto. No considero que sea tan así. Creo que antes de cambiar
la economía, debemos enfocarnos en lo emocional y lo espiritual, porque hay una
crisis bastante grande.
TATTOO
Así como llegué al mural
porque alguien quería uno, me llegaban a pedir diseños para tatuaje de forma
recurrente. Desde que estudiaba la prepa se me hacía bien chido, pero me
abrumaba, me parecía muy difícil el ambiente del tatuaje. Y la neta, en otro
tiempo no lo hubiera aguantado. Es muy cerrado, y tienes que encajar con
ciertos estándares sociales para que alguien te quiera adoptar. Si eres un vato
inseguro, desidioso, flojo y con falta de disciplina, pues todos te van a
mandar al infierno. Mejor ponte a dibujar. Realmente esa fue la primera
respuesta que recibí cuando intenté entrar al tatuaje hace cinco años. Lo veía
muy lejano.
En los tres meses que
llevo aquí, he sido más consistente por el nivel de exigencia y disciplina. Leto
está enfocada en un nicho de gente y ya sabe lo quiere hacer. Tiene su estilo,
sus propias ideas desarrolladas. En mi caso, como ya había hecho obra visual en
pequeño y gran formato, soy capaz de generar conceptos. Al principio hice unos
corazones y una botella, y como todos me pidieron la botella, hice un chingo. A
partir de ahí empecé a trabajar con los contenedores en general, y siempre me
habían parecido interesantes las maquinitas de dulces, que por cierto han
gustado mucho. También los conejitos. Me gusta proponer diseños bajo demanda por
Internet. Los clientes eligen el suyo y agendo las citas.
FEMINISMO
Cuando vine a trabajar al
estudio de Leto, no sentí que me estuviera alejando del activismo, porque
platicamos con las chicas que vienen a tatuarse, e incluso con algunos hombres.
Por lo general, nos ponemos a discutir asuntos de feminismo. Nunca había tenido
con quién platicar de eso, y que le importe de verdad. Platicamos desde nuestra
experiencia; por ejemplo, llegué a pelearme con unas niñas en la escuela porque
intentaron maquillarme y peinarme a la fuerza. No es algo que a los hombres les
suele suceder. Hablamos de esas situaciones mínimas que si las exploras o
indagas, te revelan patrones familiares como el machismo y el patriarcado, y a
veces hay chicos que se enojan. Otros te dicen: Suena muy razonable lo que estás diciendo; te apoyo.
Pareciera que Yucatán es
el estado más seguro de México, pero la violencia intrafamiliar y el suicidio están
por los cielos. Ni siquiera en la casa estamos seguros. Hubo una ocasión en la
que me fui a meserear a un hotel, y uno de los empleados de la cocina me
acosaba, y cuando traté de quejarme ante el jefe, pasó lo mismo. No me importó
perder el trabajo con tal de no enfrentarme a ello. Durante mi estancia, uno de
los clientes me pidió posar con poca ropa para él. Otro era un luchador
profesional que me exigía su comida gratis porque era famoso, y me trató de una
manera súper violenta, aprovechándose de que soy mujer y mido 1.50.
Luego participé en un
festival de grafiti y el fotógrafo me tomó una foto enfocando mis nalgas, ya
sabes, con intención sexual. Y una de las organizadores solo dijo: Es que tus nalgas son las mejores del
festival. ¿Se supone que debo sentirme halagada? Las mismas mujeres son
complacientes en un contexto machista. Todo el tiempo pasan esas cosas. Y en el
estudio podemos hablar al respecto. ¿Y dónde has visto en Mérida a un grupo de
feministas tatuadoras? Eso es algo que incomoda bastante. Hemos recibido mucha
hostilidad por parte de hombres artistas, que sienten coraje y envidia. Aun
así, es un alivio saber que no estás sola. Como el feminismo te puede llegar
por tantos lados, es muy respetable el camino que decidas recorrer.
Hace tres años, cuando
platicábamos, no estaba segura de lo que estaba haciendo, ni de porqué lo hacía
o si estaba sirviendo de algo, y ahora quiero desarrollar mi técnica en lo
artístico/conceptual, desarrollar mis posturas activistas/políticas, seguir
creciendo. Va para largo.