marzo 31, 2019

gonçalo tavares_el niño está feliz

 

Es usted un viejo.

—¿Recuerda usted —prosiguió Ernst— lo que nos decía una y otra vez, que la salud mental de una persona no estaba en lo que hacía, sino en lo que pensaba? ¿Recuerda que nos preguntaba a cada uno de nosotros: en qué has pensado últimamente? ¿Recuerda usted esa pregunta, que tanto miedo nos daba? Si ahora me la volviera a hacer, ahora que me siento equilibrado, ¿sabe qué le diría? Que en los últimos días he pensado en matarlo. Y necesitaba verlo para acabar de una vez por todas con ese impulso. Y de hecho ya no lo tengo, se me ha pasado por completo. Se ha acabado aquí. Director Gomperz, he estado observándolo con cierto detenimiento, su rostro, sus movimientos. No sé si se ha fijado: es usted un viejo. Un viejo, ¿lo entiende? Si no lo reconociera y me cruzara con usted en la calle me sentiría tentado, pese a mi debilidad, de ayudarlo a caminar. Dejaré de pensar en usted, director. Resulta que al final el perseguidor es un anciano. ¿Lo entiende? El niño está feliz, ¿puede usted entenderlo?

 
Imagen Unsplash / Warren Wong

marzo 06, 2019

quién te cantará_yo es otro


Con su tercer filme, Carlos Vermut profundiza en la vampirización y la pérdida de identidad.

 

1. Playa desierta. Sobre el cuerpo sin memoria de la cantante Lila Cassen [Nawja Nimri], Blanca, su agente [Carme Elías], aplica primeros auxilios. El mar ha enmudecido. Como sustituto dramático, escuchamos los arreglos de una banda sonora ascética, compuesta por Alberto Iglesias. Cuando Lila regrese a casa, no sabrá quién es. Iniciará un viaje. Una búsqueda fallida de su propia identidad. Un proceso de vampirización. Para encontrarse a sí misma, para llenarse nuevamente de sí misma, la diva crepuscular necesitará una imitadora, Violeta [Eva Llorach], que trabaja en un karaoke. En el proceso de trasvase, el drama y la tragedia unirán sus voces.

2. No ser nada ni nadie cuando se pretende lo contrario. No participar del mundo, renunciar a nuestros lazos afectivos. Perderse en el otro. Abismarse.

3. Quien te cantará, el tercer largometraje de Carlos Vermut, se aparta radicalmente de Magical Girl. Sin embargo, persiste la obsesión por desentrañar los dispositivos del pop, sus corrientes interiores, la nostalgia de un pasado irrecuperable, los nudos feroces entre simulacro y existencia. Vermut observa un dragón que se muerde la cola, en un filme eléctrico, de pausada simetría y golpes emocionales rotundos. Los zapatos, el mar, los barcos de papel fungen como símbolos de un artefacto de tortura preparado quirúrgicamente. Si la cámara es un bisturí, nosotros estamos en un quirófano marítimo. Oímos y vemos episodios subyugantes, de una crueldad oceánica.  

4. Morir y resucitar en la música. A través de la música, por la música. Desconectarse una y otra vez. Con aullidos y silencios.

5. Esquirlas en el piso. Por la mañana, cuando Violeta llega a su departamento, descubre el cristal roto de la puerta. Marta, su hija [Natalia de Molina], le hará un escándalo para conseguir dinero. Destrozará, incluso, el disco de vinil que Lila Cassen le había firmado, con una dedicatoria insípida. Más tarde, Violeta expulsa sus demonios a través del karaoke. Al imitar a Lila, se libera. El performance en el que interpreta Como un animal—en voz de Amaral—es de lo mejor que se ha visto, y será recordado como una profecía. Así funciona el cine de Vermut, sus rompecabezas emocionales cobran sentido en retrospectiva. Detectives de la miseria humana, hacemos rewind por masoquismo.

6. Vincularse a las mareas como un animal herido. Restañarse la hemorragia sin zapatos. Dejar atrás nuestras propias huellas. Desaparecer.

7. Quien te cantará ejerce su poder de atracción sobre quienes aman el cine intimista. No le canta a las masas, sino a los individuos. Lo hace a través de un código reconocible: composiciones arraigadas en nuestra educación sentimental, coreografías histriónicas, advertencias apenas disimuladas. En todo se observa una fuerte carga simbólica y diabólica. Vermut describe tal prodigio como una nube con truenos dorados. Al principio, planeaba rodar una película de fantasmas en la que una mujer poseía el cuerpo de otra. Pero el horror ha mutado a un juego de identidades fragmentadas. Diva e imitadora avanzan, retroceden, bordean la catástrofe, se diluyen hasta la extinción. El mar será testigo.





Quién te cantará, 2018
Carlos Vermut
Apache Films + Caramel Films