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abril 16, 2020

coronavirus_visitar otros mundos



El COVID-19 llegó de forma intempestiva: nos obligó a dejar las calles, al encierro. Nos está impidiendo recorrer el mundo. Pero en los videojuegos hay incontables mundos por conocer.

Cuando las puertas de casa se cerraron y el aislamiento comenzó, supe que solo había unas contadas cosas que me evitarían caer en la locura: leer, escribir y jugar. Fracasé en las dos primeras en un tiempo récord, solo me quedaba jugar o intentarlo por lo menos.

Todos los que jugamos videojuegos tenemos una historia con ellos, muchas veces desde la infancia, en lugares inesperados, hemos generado postales de ese primer jefe final o la primera vez que sostuvimos un mando con la irrevocable luz que nos confería el título de primer jugador. No suelo apelar a la nostalgia, pero al estar encerrado es inevitable intentar recordar cualquier cosa que nos aleje de cuatro paredes, que nos lleve a caminos recorridos en el pasado, o a nuevos páramos para descubrir.







Tras mi fracaso en tareas productivas, decidí consagrarme a jugar. No es tan fácil decidir esta tarea. Aunque ciertamente en el mundo hay infinidad de tareas más complejas, para quienes hemos dedicado cierto tiempo de nuestra vida al entretenimiento virtual, elegir un título nunca es fácil. Uno puede juntarse con amigos o desconocidos, tener contacto de cierta forma con otras personas, a pesar de que esa conexión solo ocurra en una microscópica barra de chat o con frases esporádicas de algún valiente que usa el chat de voz.

Otra opción son las aventuras en solitario, no hay interacción con nadie más que con los personajes preconfigurados por los códigos de programación. Suena como agregarle una capa más a un aislamiento ya bastante duro, pero son esa clase de experiencias de las que uno puede aprender sobre sí mismo. Si la aventura es la indicada, la inminente llegada del final se sentirá como terminar una vida en la que se reencarnó por unas horas, tiempo suficiente como para encariñarse con los NPC, los paisajes o el personaje protagonista que con el tiempo se convirtió en una extensión de nosotros mismos.






Aunque el mundo tuvo un freno repentino, la industria continuó y en el inesperado mes de marzo salieron dos juegos que mantuvieron latente la llama de las comunidades en línea. Doom Eternal y Animal Crossing: New Horizons sorprendieron no solo por coincidir en fecha de salida, sino también por lo dispares que ambos títulos son. Quizá lo más interesante de ambos es que, ya sea con violencia extrema contra demonios o conociendo nuevos aldeanos y pescando, ambos títulos consiguieron aliviar la tensión que muchos tenían ante la incertidumbre que aún se vive. A los estrenos también se sumaron un par de remakes de la mano de Capcom y Square Enix: Resident Evil 3 y Final Fantasy VII. Sobre el primero llega a ser curioso cómo una serie sobre virus y sus fatales consecuencias logra abrirse paso tomando en cuenta la realidad que vivimos. Mientras tanto, Final Fantasy VII consigue liberar la primera parte de su, debatiblemente, mejor título de la saga, animando al fandom que esperaba pacientemente su llegada desde hacía ya unos años.

Es evidente que afuera nos esperan aventuras cuando nuestra vida cotidiana regrese. Habrá pendientes que saldar, visitas que hacer, deudas, mucho miedo. Pero mientras ese momento llega, podemos aprender un poco por otros medios, jugar nos enseña, ya sea con un balón o con un control frente a la televisión. Hay otros mundos por conocer, otros caminos que recorrer. El mundo está en pausa, volverá; mientras tanto, démosle play a otro.





marzo 04, 2020

la nube_¿sin cables?, ¿sin consolas?, ¿sin nada?



Los servicios de streaming y cloud gaming parecen ser la nueva apuesta de las grandes compañías de videojuegos. ¿Son el futuro? ¿O solo una excusa para aprovecharse de los jugadores?
 
Beta abierta
La temporada previa a la E3─la convención de videojuegos más importante en el continente─ suele estar llena de emoción y expectativa. Las grandes empresas suelen utilizar este evento como el escenario donde presentarán sus nuevas consolas, nuevos títulos exclusivos, las secuelas más anticipadas y los remakes para satisfacer la nostalgia. Por lo tanto, no es extraño encontrar innovaciones en la industria, como aditamentos o servicios que buscan hacerse un lugar en el lucrativo mercado de los videojuegos.

Durante la edición del año pasado vimos lo habitual, cada compañía buscaba destacarse y diferenciarse entre sus competidores. Al menos hasta que tres de los mayores líderes ─Microsoft, Ubisoft y Bethesda­─coincidieron en un anuncio particular: todas ellas estaban trabajando en su propia plataforma de streaming para videojuegos.

La idea de plataformas que permitan jugar sin la necesidad de una consola y solo a través de Internet ya venía barajándose desde años atrás, con anuncios como el de Playstation Now en 2014 o Nvidia GeForce Now en 2017, incluso un par de meses antes del E3 2019, en marzo, Google presentó Stadia, su servicio particular de este tipo. Por lo que no es de sorprendernos que quizá este sea el camino que los videojuegos van a tomar en nuestro futuro casi inmediato.

 



Conéctate y juega
Es tentador pensar en la posibilidad de jugar videojuegos sin una consola. Una fantasía recurrente entre los jugadores es poder divertirse en cualquier lugar, matar las horas muertas entre clases, viajes o estando fuera de casa. Por algo las consolas portátiles tuvieron tanto auge en años pasados y persisten hasta ahora, lo podemos ver con el éxito que ha acumulado la Nintendo Switch en sus tres años de vida. Pero los servicios de streaming van un poco más allá con la portabilidad, permitiendo el uso de dispositivos más compactos como un celular.

Otro de los beneficios que este tipo de servicios permite es la vigencia. Al no depender de una consola o PC, no hay necesidad de actualizarse cada tantos años cuando el hardware se vuelva obsoleto. Una cualidad llamativa, especialmente para públicos jóvenes que no pueden permitirse un gasto tan grande debido a su falta de independencia económica. Estas dos características son las más relevantes y prometen un buen futuro, pero también existen sus contrapartes. Lamentablemente, parece que lo negativo va ganando.
  

Error 404: Servidores no encontrados
Uno de los primeros defectos que se observaban desde la distancia era que todo apunta a un servicio incompleto. Las plataformas permiten tener acceso a un dispositivo de forma remota para jugar, pero no incluyen los juegos. Ciertamente, hay opciones como Nvidia GeForce Now que se sincroniza parcialmente con Steam, Epic Games y Uplay, pero es muy probable que cada compañía limite el uso de su servicio a sus propias tiendas virtuales. No importa que hayas comprado el juego, si no lo hiciste desde mi plataforma, no podrás jugarlo.

Otro gran problema corresponde a la accesibilidad. Para utilizar el streaming es necesario una conexión a Internet estable y rápida, con un ancho de banda superior a los 20 mbps. No suena a un problema en países como Estados Unidos o en la Unión Europea, pero en regiones como Latinoamérica, donde los servicios de Internet llegan a ser precarios y con un retraso tecnológico, es algo complicado tener una conexión con la suficiente capacidad de resistir la transferencia de datos. Debemos agregar que en muchos domicilios la red se comparte con otros medios como Netflix o YouTube, provocando una saturación que puede arruinar por completo la experiencia de juego, especialmente en partidas multijugador.
 
¿La respuesta?
El único servicio que ya ha terminado su periodo de beta cerrada y ha iniciado su funcionamiento es GeForce Now de Nvidia, y al tener la oportunidad de jugar en él me quedaron impresiones positivas al respecto. La versatilidad es asombrosa, permitiéndome jugar títulos de la actual generación en una computadora que solo utilizo para escribir y leer. La parcial compatibilidad con Steam me permite acceder a ciertos juegos dentro de mi biblioteca que nunca había abierto, además de que tiene la ventaja de tener entre sus licencias los free to play más populares como Fornite, Counter Strike: Global Offensive o League of Legends.

Pero nuevamente, no todo son buenas noticias. Durante los primeros días, estudios como Activision Blizzard, Rockstar Games y Bethesda retiraron todos sus títulos del catálogo, dejando un vacío y un antecedente perjudicial para Nvidia, ya que otras casas desarrolladoras han seguido los mismos pasos. Es temprano para establecer si esto va a ser una constante para los demás proyectos, aunque sí evidencia que en la carrera de los servicios de streaming todos quieren tener ganancias. Tendremos que esperar nuevamente al E3, a mediados del 2020, para conocer el siguiente paso: si los controles, los cables y las consolas de videojuegos dejarán de ser la norma y la nube será la nueva gran revolución.