CARIÑO
POR LA CALIGRAFÍA
Me gusta mucho contar esto. Yo
estudié la licenciatura en Comunicación, pero prácticamente desde muchos años
antes he sido fanática del diseño gráfico, y de sus ramas—tipografías,
ilustración, etcétera. Además, también me gustan muchísimo las frases y
fragmentos de libros, tanto como para colocarlas en cuadros y decorar mi
espacio de trabajo. Un día, leí una frase en Internet que me encantó, pero la
tipografía no me inspiraba nada, porque era muy seria y la frase muy
motivadora. Entonces, me animé a decorarla y comencé a dibujarla a mano. No
sabía que había una técnica, solo comencé a dibujarla y me gustó.
Posteriormente entré a Pinterest y vi que había muchas imágenes de tipografías
hechas a mano, como lo que yo había hecho, fue ahí que descubrí que la técnica
se llamaba lettering. Yo no tenía la más mínima idea; pensaba que solo
tenía que tomar la pluma y dibujar. Pero no: existía una gama impresionante de
información sobre tipografía, caligrafía, lettering, y la distinción entre
todas ellas. Me asombré bastante, empecé a investigar todavía más y más y más,
y obviamente me empecé a obsesionar con esa técnica. Adquirí varios
plumones, compré plumillas, estilógrafos, yo quería saber cada vez más de lettering.
Comencé a practicar muchísimo con estos materiales, en especial con un tipo de
plumón que se llama punta de pincel—las cerdas son un poquito más suaves: me
encantaba cómo quedaba la caligrafía—y me encariñé muchísimo con esos plumones.
Obviamente, de ahí viene el nombre.
PUNTA DE PINCEL
Por mucho tiempo me dediqué a
practicar lettering en mis libretas, hasta que un día abrió la heladería Santa
Clara en Plaza Galerías, y vi que tenían un pizarrón que me llamó mucho la
atención. Sabía que se podía hacer lettering en el pizarrón, aunque no sabía
muy bien cómo hacerlo. Me acerqué al gerente, le comenté lo que hacía y le
convenció. Llevé mi libreta al día siguiente, vio mis dibujos y dijo: Me
encanta. Por favor, ven y dibuja algo.
Todavía me da risa pensar en lo que
cobré, pero se trataba del primer trabajo en lettering para una cadena de
helados. Allí nació el primer servicio de Punta de pincel: rotulación en
pizarrón [chalk lettering]. A raíz de eso, vi que sí se puede, vi que
había un target muy importante—el área de restaurantes y cafeterías—que no
conocía. Abrí mi cuenta de Instagram. Así comenzó oficialmente Punta de pincel
hace tres años. No quería llamarlo Lily Diseños o algo relacionado con
mi nombre o conmigo, pues no quería ser el centro de todo. Entonces pensé en
algo que representara el cariño por la caligrafía y el lettering.
SEMBRAR & CRECER
Creo que siempre me he considerado
una persona muy aventada. Soy alguien que prefiere animarse a hacer algo y
aunque no lo sepa hacer muy bien, saber que me atreví a hacerlo... y lo logré.
Me gusta retarme a mí misma.
El primer punto fue determinar qué
quería hacer con Punta de pincel. Si sería un proyecto personal, o algo un
poquito más comercial, de qué manera quería llevarlo, y sentarme a pensar cuál
sería mi objetivo principal. En segundo lugar, definitivamente enfocarme en una
sola cosa. Mi gran problema y mi mayor obstáculo en el momento de emprender fue
decidir si quería emprender o quería trabajar en un lugar fijo, con mis
prestaciones o con algo típico, ¿no? Como cuando terminas la carrera y quieres
ser empleado. Lo más difícil fue eso. Saber equilibrar lo que yo quería: si
emprender, asumiendo las consecuencias, o trabajar como empleada, sabiendo que
mi proyecto quedaría atrás. Actualmente sí trabajo en una empresa, pero no he
dejado Punta de pincel. Me pesa muchísimo pausar este proyecto. Creo que no hay
mejor crecimiento que crecer con algo que tú fuiste sembrando.
Otro de los desafíos es aprender a
administrar. Uno de los retos más grandes de las personas que nos dedicamos a
crear, diseñar o ser muy creativos es el área administrativa, como las cuentas
y la gestión. No me considero experta en presupuestos; actualmente, Abigail me
apoya con la parte administrativa cuando mis manos están muy ocupadas haciendo
rotulaciones. Ese fue otro desafío: ser flexible en reconocer que alguien tiene
que ayudarte.
DETERMINACIÓN
Considero que es un buen momento para
emprender, si hablamos de oportunidades, apoyo de las instituciones enfocadas a
impulsar proyectos—desde la etapa inicial hasta la final—y creo que cada vez
surgen más oportunidades. Sin embargo, es necesario que nos comprometamos a
llevarlo a cabo. Como te mencionaba antes, creo que lo más complicado es ser determinante
y decir: Sí me quiero aventar a emprender. Van a haber momentos de austeridad.
Van a haber momentos en los que pienses que tu proyecto ni siquiera está
avanzando y te encuentras estancado. Es una cosa muy complicada; se necesita
muchísima paciencia, pero mientras mejor fijes tus objetivos, más aprovecharás
las oportunidades de las instituciones e incubadoras de proyectos. En lo
personal, fui aprendiendo por mi cuenta y por asesoría de varios maestros que
me motivaron todavía más a realizar y llevar a cabo Punta de pincel como una
empresa/negocio.
En general, creo que es un muy buen
momento para emprender, pero se necesita tener ganas, determinación y, sobre
todo, paciencia.