26.2.19

édgar velasco_los yerros galopantes



Fe de erratas, de Édgar Velasco:
un breviario bestiario del pensamiento mágico.




Si decís: Esto es real, el mundo es real, lo real existe (yo lo he encontrado), nadie ríe. Si decís: Esto es un simulacro, no somos más que un simulacro, esta guerra es un simulacro, todos se parten de risa. Con una risa de conejo y condescendiente, o convulsiva, como ante una broma pueril o una proposición obscena. Todo lo que se refiere al simulacro es tabú u obsceno, al igual que lo que se refiere al sexo o a la muerte. Sin embargo, lo que es obsceno es más bien la realidad y la evidencia. La verdad es lo que tendría que darnos risa. Cabe imaginar una cultura en la que todos rían espontáneamente cuando alguien dice: Esto es verdad, esto es real.


Jean Baudrillard, El crimen perfecto


La paradoja del mentiroso

1. Fe de erratas es un libro accesible, artefacto conveniente para irse a la playa, hacer tiempo en una plaza comercial o procrastinar un domingo por la mañana, en vez de ir a misa. Leerlo en lugares públicos activa la crítica social; basta con mirar de reojo la falda de la chica sentada frente a nosotros—con el pretexto del texto—o prestar atención al francés iracundo en el autobús turístico que vocifera a 35 grados de temperatura. Es un libro que indaga en los miedos recurrentes de una sociedad que por creer en todo, termina creyendo en nada. Repara en el error de cálculo al momento de interactuar con el cosmos. Capta nuestras propias ideas equivocadas, nuestros yerros galopantes. Nuestro gran simulacro.

2. En este volumen desfilan un par de ojos sádicos en el cuerpo del donante, cenizas de progenitores adictos al béisbol, mujeres devotas que le rezan a una virgen hastiada, viudas vampíricas y ancianos vengativos. Las tramas, hilarantes o esperpénticas, dramáticas o sensacionalistas, sirven como termómetro de la locura humana, siempre dispuesta a pellizcarnos. Una niña en un pony de plástico cabalga junto a mí, en este momento. Un par de adolescentes me venden chocolates para el viaje imposible de su amigo imaginario. El anuncio de la plaza comercial, con lenguaje académico, informa: La realidad es solo percepción. Y ahora Fe de erratas se apropia del mundo, según veo.


Relativismo y traición

3. Édgar Velasco abre las ventanas a lo religioso, a lo indecible, de forma sarcástica, como si lo místico fuera una acrobacia de la imaginación, un resbalón patafísico. Ridiculiza los prejuicios de una sociedad mexicana que transita entre la nota roja y el puritanismo, el fútbol y los secuestros. Quizá no los retrata en tono moralizante, quizá no ejerce ninguna catarsis trágica. Más bien afila un sentido del humor malicioso, pero al mismo tiempo desesperado, negro y amarillo. Y dispone de recursos que aderezan su imaginario con giros fantásticos. Un pez nihilista, un perro cínico. La fauna nos mira, recelosa. Fe de erratas es un libro sobre los errores de juicio, la incredulidad y el bestiario de lo cotidiano.

4. Por un lado, acomete contra sesgos, obsesiones y lecturas fallidas. Por el otro, deja en manos del lector la posibilidad de conmoverse ante situaciones-límite de personajes tristísimos. En filosofía, Karl Popper introdujo el término falsacionismo para designar el proceso de blindaje de toda teoría científica. Basta con refutarla mediante un contraejemplo, y observar en qué punto de la racionalidad nos encontramos. Lo curioso aquí es cómo el autor mexicano atribuye a los procesos mentales de sus criaturas un arsenal de creencias surrealistas, capaces de moverlos hacia el delirio por la vía racional. ¿Cuál será el próximo puñetazo de nuestras ficciones? ¿En las narices de quién quedará estampado? Etcétera.


(M)ateo 17:20

5. Si, a final de cuentas, la realidad nos abofetea con sus ridículos simulacros a toda hora, Velasco contraataca mediante el humor ácido, las historias truculentas y el sabor de la desgracia real—como lo haría un sepulturero. Y le cobra diente por diente cada gancho, cada rasguño, a través de un espejo nada promisorio, con destellos periodísticos. Eso, en el caso de que la realidad sea el punto de partida. Si las historias aquí reunidas son ficciones puras & duras, casualmente inspiradas en sucesos que superaron la barrera del amarillismo en pro de un mejor futuro, bienvenidas sean. En ciertos ámbitos, la provocación mueve montañas. A unos cuantos metros, la idílica niña del pony está vomitando. Por fin.


Fe de erratas
Édgar Velasco
Paraíso Perdido, 2018