19.2.19

simona vinci_el cuerpo como objeto


En todos los sentidos, como el amor, de Simona Vinci, rastrea las pasiones de la piel.

 
1. La soledad del cuerpo. Su vergüenza y degradación. En él habitan los sentidos y con ellos se vive el amor. El amor es como una hoja afiladísima que hiere al cuerpo, lo desdeña.

En los trece cuentos que conforman En todos los sentidos, como el amor, Simona Vinci nos presenta la voz de personajes que aman. Alejada de una postura moralista, la autora nos habla del amor que existe en la apreciación de un cadáver, en el incesto, en el suicidio, en prácticas que nos negamos a ver como sinónimos de belleza. Habla de las pasiones de la piel. No se inmuta, sus letras caminan sin miedo.

2. El cuerpo conduce a la inmersión, es el guía y el objeto donde se desarrolla cada historia. Para hablar del amor se habla del cuerpo y viceversa. En la esfericidad del libro, no pueden prescindir uno del otro. 

“La extraña dirección que adopta el amor algunos días”—frase de Agosto negro, primer cuento del libro—es una de las tantas que proponen una descripción única. “El amor es una solución atmosférica, es potasio y yodo, es delirio” o “el amor sin sentido es un vértigo” son otro par de momentáneas definiciones. Pero el propio texto responde que no hay una sola forma de erotismo. Cada personaje lo vive de modo diferente y lo lleva al precipicio de sus propios límites.

3. Escribe la autora italiana: “no conozco definiciones del amor, no conozco ninguna forma de detectarlo con seguridad. Al amor nos acercamos con símiles, puesto que no poseemos una fisonomía clara de él. He intentado salir de mí misma para atisbar la verdad de los otros. He intentado sentir las obsesiones que nos acompañan en los tiempos que vivimos y en el fondo de todas, o casi, he encontrado el cuerpo. El cuerpo, residuo último de la vitalidad y de la posesión; todos tenemos un cuerpo, quizás el único poder que nos queda. Cuando ya no queda nada sobre lo que actuar, siempre queda el cuerpo.”

La narrativa de Vinci sobresale por la construcción de ambientes. El olor de un hospital, las paredes de una casa, los ingredientes de una sopa, son elementos simultáneos a la sensación de los personajes. El color ocre surge de manera fresca y luminosa, nivela las percepciones amargas que pueden generar las historias. Como una forma de decir: esto también es belleza, es amor.


En todos los sentidos, como el amor
Simona Vinci
Anagrama, 2001