26.12.19

schweblin_papá noel duerme en casa



A la salida del colegio me agarraba de la mano de la mamá de Augusto, que era hermosa. Eso funcionaba cuando venía a buscarme papá, pero después, cuando empezó a venir Marcela, a ninguna de las dos parecía gustarle eso, así que esperaba solo debajo del árbol de la esquina. Viniera quien viniera a buscarme, siempre llegaban tarde.





schwob_en torno a la destrucción




Y Monelle dijo luego: te hablaré de la destrucción.

He aquí la palabra: Destruye, destruye. Destruye en ti mismo, destruye a tu alrededor. Haz lugar para tu alma y para las otras almas.

Destruye todo bien y todo mal. Los escombros son similares.

Destruye las antiguas moradas de los hombres y las antiguas moradas de las almas; las cosas muertas son espejos que deforman.

Destruye, pues toda creación proviene de la destrucción.

Para lograr la bondad superior hay que aniquilar la bondad inferior. Y así el nuevo bien parece saturado de mal.

Para imaginar un nuevo arte hay que destrozar el arte viejo. Y así el nuevo arte parece una especie de iconoclasia.

Pues toda construcción está hecha de ruinas y nada hay nuevo en este mundo sino las formas.

Pero hay que destruir las formas.





25.12.19

salinger_life is a game




“Life is a game, boy. Life is a game that one plays according to the rules.”
“Yes, sir. I know it is. I know it.”
Game, my ass. Some game. If you get on the side where all the hot-shots are, then it’s a game, all right—I’ll admit that. But if you get on the other side, where there aren’t any hot-shots, then what’s a game about it? Nothing. No game.





12.12.19

alex febles_premonición




Entonces miré dentro de la bola de cristal, tal y como la adivina me lo pidió, y escuché atentamente sus palabras:

—Cuando salgas de esta tienda un hombre se te acercará, te ofrecerá un empleo: ser su ayudante en el circo. Aceptarás de buena gana —lo necesitas—, pero hacer esto solo te llevará a la tumba.

—¿Cómo? —le pregunté, con más curiosidad que miedo.

Ella se detuvo, me pidió que observara de nuevo dentro del cristal. En ese momento no pude ver nada; la esfera había perdido su brillo. Sin embargo, mantuve la mirada en el artefacto. En verdad quería ver ese fatal futuro que la mujer profetizaba. Tras una breve pausa, continuó: 

—Trabajarás con él durante un tiempo. Pero cuando se cumplan siete meses a su servicio, te pedirá que mates a su hijo. —Atónito, me esforcé más en ver dentro del artefacto que tenía frente a mí. En verdad deseaba mirar esa situación.

—Y eso, ¿cómo me llevará a mi muerte? —me atreví a cuestionarle a la adivina, que claramente se había dado cuenta de la excitación por conocer mi futuro. Movió sus manos por encima de la esfera, respiró a profundidad, y prosiguió.

—Morirás porque cargar con el crimen no es fácil. Será en una de esas noches donde intentarás ahogar tu culpa. Después de tomar unas botellas, alucinarás con el asesinato cometido. Verás el rostro del varón en todas las personas —un rostro ensordecedor para tu cerebro— e intentarás huir de la taberna, intentarás huir del pueblo, intentarás huir del país. Ninguna distancia será suficiente. Finalmente, en esa tormenta de confusión, volverás a verlo. Te acercarás, con la intención de matarlo, pero no tendrás fuerza. Serás derrotado por el recuerdo la misma cara, la misma silueta— sin ejecutar el crimen. Otro viajero te dejará en el piso, exánime.

La mujer concluyó su relato. Salí de la tienda; el sol todavía acariciaba mi rostro. La adrenalina abandonó mi cuerpo. Una parte de mí quería creerle a la adivina, pero nada aseguraba que todo eso se hiciera realidad.

Tomé el mismo camino que usé para llegar, atravesando muchas otras tiendas de atracciones que conformaban la feria. A cada paso me volvía más escéptico. Mi cabeza ya estaba en otros asuntos hasta que tropecé con un hombre. Lo ayudé a levantarse y, agradecido, se presentó ante mí: era el dueño del circo. Halagó mi fuerza, pues lo había derribado fácilmente. Me ofreció empleo como su ayudante personal; me dijo que veía algo especial en mí. Sin pensarlo dos veces, acepté.


 
Imágenes: Unsplash I Elija Hiett + Muhd Asyraaf




Alex Febles (Mérida, Yucatán) estudia Literatura Latinoamericana en la Universidad Autónoma de Yucatán y es colaborador de ConejoBelga.







5.12.19

convoy teatro_la vida es sueño




Con tres demostraciones, Convoy Teatro revive a Calderón de la Barca en La Rendija.


El sueño y la realidad
La vida es sueño, de Pedro Calderón de la Barca, cuenta la historia de Segismundo y Rosaura, dos personajes que son abandonados, negados y lanzados a buscar su propia identidad.

Perteneciente al barroco español, esta pieza clásica escrita en verso explora temas como la libertad, el destino y la relación entre el sueño y la realidad. Dirigida a un público universitario, compuesto de jóvenes y adultos, reflexiona sobre nuestras decisiones vitales.

 
Abrir incógnitas
La versión de Mariano Olivera, con la asesoría de Luis de Tavira, se presenta como proyecto final de la Maestría en Dirección Escénica de la ESAY, en tres demostraciones fechadas en La Rendija los días 7, 8 y 9 de Diciembre 2019.

«Uno de los principales valores de la pieza es el verso, la inmensa calidad lírica de Calderón de la Barca. Además, el maestro Luis de Tavira nos asesoró durante el proceso», explica Olivera.

La obra está dirigida a un público que reflexione y se plantee preguntas. La vida es sueño abre incógnitas que cada espectador debe resolver: invita al pensamiento crítico.


Autores clásicos
Fundado en 2017, Convoy Teatro es un colectivo escénico que mantiene la búsqueda de una escena interdisciplinar, sensible e íntima: un teatro profundamente social que recupera el interés por los autores clásicos. Entre sus montajes, destacan Hamlet/Instructivo para no morir en el intento, Máquina Mundo L y Roma al final de la vía, actualmente en temporada.

Convoy Teatro agradece de manera especial a La Rendija por el espacio otorgado para el montaje de la pieza.


LA VIDA ES SUEÑO
Convoy Teatro
#AbreLosOjos

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