mayo 13, 2017

artillery_se vende arte fino/3


Sigue al Cubo Blanco. 

La galería de arte on-line Artillery Arte Emergente forma parte del 7mo recorrido de la Ruta de Galerías. En esta ocasión, el proyecto de llevar el arte a la calle toma un nuevo giro: el camión de frutas ambulantese transforma en un Cubo Blanco Ambulante. Esto con la idea de descontextualizar el cubo blanco como un espacio aislado para darle un giro humorístico.
El término Cubo Blanco surgió a finales de los años 70 como una forma innovadora de curaduría cuyo propósito principal era aislar del mundo a las obras de arte, ofrecer un espacio neutro y finalmente crear un ambiente puro para la contemplación de la obra que se presenta. Hoy en día se sigue usando este modelo en múltiples galerías y espacios de exposición para que el espectador pueda enfocarse en la experiencia estética sin ninguna distracción. Al seguir siendo una forma actual de exponer, Se Vende Arte Fino busca representarlo de manera sarcástica, llevando el cubo blanco a la calle, donde se encuentra inmerso en el ambiente que esta puede ofrecer, lleno de distracciones pero que al mismo tiempo crea una experiencia estética distinta para el espectador.


Se Vende Arte Fino, 3ª Edición presentará obras en distintas técnicas de más de 10 artistas emergentes, con el acompañamiento curatorial de Ana Garza, Tatyana y Greta Strevel. Los precios varían en un rango de $500 a $5,000 pesos aproximadamente. La exposición se realizará el próximo sábado 27 de mayo, de 11 a 16 hrs. en la Calle Gob. Rafael Rebollar, Col. San Miguel Chapultepec, CDMX.


Sobre Artillery
Artillery es una galería de arte on-line creada por Ana Garza, Tatyana y Greta Strevel, quienes cuentan con una trayectoria profesional y académica en los campos del arte, la cultura y la moda. Consideramos que Artillery abre el panorama en cuanto al mercado de arte y los diferentes modelos de negocio que se pueden incorporar en México”, señalan sus fundadoras.  
La galería nace con el objetivo de encontrar una nueva forma de conectar a artistas jóvenes con coleccionistas jóvenes, de brindar nuevos espacios al arte emergente y poner al alcance del público piezas únicas que van más allá de la decoración. A través de Artillery, el público puede conocer no sólo la obra de un artista, sino también su inspiración y trayectoria, formando un vínculo más cercano con cada pieza artística. Esta iniciativa se enfoca en la promoción y venta del arte emergente en México y, para ello, propone una nueva plataforma de difusión de arte y canal de venta (e-commerce), donde se enfoca a un nicho de mercado de nuevos coleccionistas, con precios accesibles y atractivos.

 


Texto e imágenes: Artillery
Piezas de Luisa García + Wen Bandala

mayo 05, 2017

tinieblas sobre hyrule


100 horas de diversión y claroscuros.

Compré The Legend Of Zelda Twilight Princess HD el día de su lanzamiento. Al principio me pareció un juego prometedor, de esos que no te dejan dormir, un antídoto contra el amanecer. Sin embargo, a medida que lo avanzaba, entendí que la trama y los personajes le añadían complejidad a las aventuras de Link y, en definitiva, el título merece algo más que una simple reseña.

En sus días, esta entrega fue el puente entre el GameCube y el Wii. Sus gráficas forman parte de otra época, pues aunque lo han pulido bastante, es posible reconocer el paso del tiempo, ciertas imperfecciones en las texturas, un entorno gráfico limpio y austero. Eso no tiene nada que ver con su desempeño, pues corre a 1080p y 30fps, y para decirlo en pocas palabras: luce espectacular.

La historia es una de las más oscuras de la saga, y ya desde el principio apunta hacia eso. Link, un joven aldeano que desempeña tareas menores en la villa de Ordon, entra en contacto con Midna, la reina del crepúsculo, quien le pide ayuda para reestablecer el equilibrio entre la oscuridad y la luz—que amenaza a Hyrule y pone en jaque la balanza cósmica.

El anzuelo comercial de Twilight Princess—una figura amiibo Wolf Link—me subyugó desde que vi el trailer de lanzamiento. En realidad sirve para poco, pues únicamente activa un material extra (la Cueva de las Sombras) con varios niveles, y te permite acceder al menú en un pestañeo. La figura no obstante es una de las mejores reliquias que podrás conservar.

 



Las primeras horas de juego resultan algo monótonas. De pronto pareciera como si el tutorial se hubiera extendido demasiado. Surgen dudas. ¿A qué hora me transformo en lobo? ¿Cuándo me dan la espada maestra? Y luego, te atrapa. Sencillamente logra que se te olvide todo y quieras sumergirte más y más. Y es ahí donde radica el mérito de Nintendo, su magia, su absoluto encanto.

No soy para nada un gamer experto, pues dejé los videojuegos durante un buen lapso de mi vida y apenas estoy poniéndome en forma. Demoré poco menos de 100 horas para concluir el itinerario. Dejé bastante contenido inédito, que en los próximos días completaré. Quiero regresar a los Bosques de Farone y bañarme en el manantial de nuevo, correr por el campo, ser feliz. Asignaturas pendientes.

Vale la pena destacar el factor inmersivo de Twilight Princess y la excelente dirección de arte. Me pasó algo muy curioso, y que pocas veces consigo: a lo largo de las horas, me encariñé con los personajes. La historia puede darte más de una sorpresa, y seguro que terminarás amando a Midna. La música contextualiza los escenarios y las situaciones a buen ritmo. Es otro punto a favor.

Deliciosamente nostálgica, esta odisea crepuscular podría motivar sensibles ensayos sobre los arquetipos. Si eres un melómano incurable vas a volver a las melodías, o más bien las tendrás en tu cabeza día y noche. La actualización de Tantalus Media para WiiU quedará como un bloque sólido en la mitología de Hyrule. Y antes de irme, lo recalco: tan guapa es Midna, que hasta Link enmudece.





mayo 03, 2017

charles burns_viñetas inquietantes

 

Las fobias de toda una generación.

Hoy considerado uno de los autores más importantes dentro de la escena del cómic independiente, el historietista Charles Burns nos ha legado una enigmática galería de historias que saben cómo activar nuestras emociones más primitivas (miedo, asco, sorpresa) ante lo desconocido: la muerte, la enfermedad, el deseo. Con su estilo frío/visceral—en extraordinario blanco y negro, o mediante una paleta de colores llena de sobriedad cromática—nos hipnotiza y consigue atraparnos en sus túneles aún goteantes de epidemias anónimas y culpas inconfesables.

Burns ha publicado títulos clásicos de cómic underground que, con el paso de los años, revelan su importancia. Agujero negro (1995/2005) marca un antes y un después dentro de su trayectoria, pues muchos lo consideran un trabajo de culto, un tour de force sobre el paso de la adolescencia a la edad adulta, y el agujero que hay entre ambas. La historia de una enfermedad que causa mutaciones sexuales nos sumerge en un clima enfermizo a la par que mórbido. Las situaciones aparentemente inofensivas adquieren proporciones monstruosas.

En esto recuerda lo que Houellebecq ha escrito sobre la naturaleza del horror cotidiano, una de las herramientas narrativas que Burns exprime con perversidad glacial: Al principio, no ocurre absolutamente nada. Todo va bien. Luego, poco a poco, empiezan a multiplicarse incidentes casi insignificantes, que coinciden de manera peligrosa. El barniz de la trivialidad se agrieta, dejando paso a inquietantes hipótesis. Inexorablemente, las fuerzas del mal hacen su entrada en escena.


Las referencias son tantas, pero forzosamente arbitrarias al mismo tiempo. Como en Lovecraft, la sensación de orfandad y abandono físico diseñan un cosmos inquietante, un abismo psicológico de serpientes desnudas. Como en David Lynch, el estigma de ser un inadaptado social agiliza el proceso de brutal deshumanización. Como en Jean-Paul Sartre, la rebeldía generacional reemplaza la náusea filosófica. Un saludo a Keith desde el bosque de los insectos mutantes. Las mantis, cómplices, sonríen.

La trilogía formada por Tóxico, La colmena y Cráneo de azúcar (2010, 2013 y 2014) recupera con un estilo surrealista las inocentes aventuras de Tintín, publicadas durante más de 40 años por el caricaturista belga Hergé. Lo que hace Burns es, de nuevo, subvertir el canon, revelarnos el corazón oscuro de la cebolla, irritante y doloroso, perfumado con químicos de vertedero industrial, y combinarlo con el relato de su vida durante la década punk de 1970. Intento seguir mis instintos y confiar en mi habilidad para construir una historia, confiesa.

Para finalizar nuestro bestiario, el cortometraje incluido a modo de feature en Fear(s) of the Dark te hará replantearte los encuentros aparentemente inofensivos en la biblioteca. Las sorpresas nunca se acaban. Charles Burns sabe cavar hondo.