[Un mosquito]
De camino a la oficina te conectas los audífonos, a dos cuadras del metro Juanacatlán le compras a una mujer de treinta años una torta de pollo, el pastor alemán del ciego mueve la cola y un cartel enorme de una chica semidesnuda en el quiosco de revistas te guiña un ojo, reproduces la primera canción de la mañana, Sacrilege, con esos coritos gospel de iglesia protestante, recuerdas la presentación en vivo de los Yeah Yeah Yeahs en el show de David Letterman, con la directora sacudiéndose orgásmicamente frente al grupo de coristas, el traje amarillo de Karen ‘O y el entusiasmo de un Letterman eufórico diciendo: Wonderful!, subes al vagón antes que la vendedora de bolígrafos chinos, tres por cinco pesos, esperas que otros pasajeros le compren un kit, pules tus monedas, te llevas el segundo, ella sale del vagón contigo, suben las escaleras eléctricas, transbordan a la línea naranja, y cada quien concluye su travesía, en la oficina, en aquel piso trece desde el cual se ven los rascacielos estilo Contra III The Alien Wars, enciendes la computadora y reproduces Sacrilege, hoy sólo vas a oír esa canción, durante la mañana y la tarde y parte de la noche, obsesivamente, la vas a memorizar, por el puro placer de hacerlo, y vas a chatear con una amiga que conociste en la iglesia a la cual asistías hace diez años, cuando soñabas con hablar lenguas árabes enfrente del predicador, quien años atrás había sido boxeador y tenía un diente de plata, y platicarás con la psicóloga enamorada de un paciente suyo que aún se pone playeras de Caifanes, y con el dealer de videojuegos que te ha conseguido el Castlevania Lords of Shadow para PS3, y recuerdas que hace unas semanas en el Vive Latino se presentaron los Yeah Yeah Yeahs, y al no comprar tu boleto no hubo nada que hacer, más que ir al Oxxo por cervezas, y aunque Mosquito (2013) tiene una energía bizarra, incluye temas tentadores como Subway, Under The Earth, Dispair y Wedding Song, un poco de griterío en la rola homónima, experimentación de nuevos horizontes como en Slave, These Paths y Buried Alive, con la colaboración de Dr. Octagon, la energía del disco es un cosquilleo de la locura de antes, los fulgores tienen un valor accesorio y Satanás te invita a un cigarro, pero le dices que no.–Christian Núñez
Mosquito
Yeah Yeah Yeahs
Interscope Records, 2013
Publicado originalmente en Origama [15.04.2013]