14.8.18

cuphead_un infierno para salir del infierno

No hagas tratos con el Diablo.

Con el corazón en la mano
Los videojuegos son capaces de sorprendernos y emocionarnos. Con sus estructuras narrativas impecables, algunos mantienen a los jugadores atentos a cada diálogo. Otros proponen nuevas formas de ver cierta realidad, rompiendo los arquetipos dentro de sus respectivos géneros. Los más irreverentes captan la atención con propuestas extravagantes que seducen a más de uno. En el proceso, no solo controlamos un joystick: también demandamos nuevas aventuras, mundos y personajes. Uno de los estudios independientes que ha sabido escuchar a su público es MDHR, responsable del adictivo y desafiante Cuphead. Título liberado en septiembre de 2017 tras varios meses de expectativa, no solo es un plataformero nostálgico para veteranos, sino una pieza artística hecha con especial dedicación: todos los gráficos, realizados a mano, poseen una estética que rinde homenaje a las animaciones de los años treinta. Sin duda, una de las cartas fuertes de Xbox. Y, por supuesto, una aventura bestialmente difícil.
 
Cuatro años de espera
Cuphead mostró su primer tráiler durante el verano de 2013, en el panel de Xbox en la E3, la convención de videojuegos más importante de nuestros días. Su lanzamiento estaba previsto para algún punto de 2014; sin embargo, sufriría constantes retrasos. Esta demora provocó que la emoción inicial disminuyera. Las especulaciones sugerían una posible cancelación del proyecto. Durante los tres años posteriores, Cuphead seguía en el limbo, y no fue hasta la edición del E3/2017 cuando por fin una fecha pudo ser tangible: el 29 de septiembre del mismo año, tras una larga espera, vería la luz en las plataformas de Steam para PC y Xbox One.
 





A happy journey 
Tras una buena racha de partidas en el casino, Cuphead y Mugman, dos criaturas con cabeza de taza, son desafiadas por el dueño del lugar—el mismísimo Diablo—y pierden todo, incluidas sus almas. Para liberarse, deben reclamar las almas de otros deudores (en forma de contrato), y llevárselas a su dueño. Así comienza esta aventura que contrasta definitivamente con la estética alegre de sus mundos. Cada uno de los escenarios y personajes se inspira en caricaturas clásicas: Betty Boop, Popeye el marino o clásicos de Disney como Steamboat Willie. Tales referencias crean un efecto de familiaridad y nostalgia, sobre todo si se escucha con detenimiento la banda sonora, repleta del jazz de la época. En conjunto, la atmósfera es una de las más originales de la actual generación. Además del homenaje gráfico, el gameplay de Cuphead rinde tributo a videojuegos que han hecho historia, desde Contra hasta Final Fantasy.

¿Tienes lo que hace falta?
Seamos directos: este título castiga a los jugadores desesperados y recompensa a los más pacientes. Cuphead, además de ser un caramelo visual y sonoro, puede volverse un dolor de muelas por su elevada dificultad. A medida que superamos las islas del mapa, la complejidad aumenta no solo en los niveles de plataforma, sino también con los jefes. Estos poseen mecánicas que solo pueden aprenderse a través de un doloroso y repetitivo proceso de morir y reiniciar las batallas. Dentro del juego existen mejoras (perks) que pueden ayudarte en ciertos escenarios; la correcta combinación de ellas y las diferentes armas disponibles pueden darte la victoria o hundirte aún más en la locura. Algunos jefes imposibles son el Dr. Kahl’s Robot, Beppy the Clown y King Dice, el lugarteniente de nuestro antagonista, el Diablo.


Oda y legado
Cuphead es una sorpresa bien recibida, un regreso a la niñez y una Polaroid que consigue transportarte al sábado por la mañana en la sala de tu casa, viendo dibujos animados antes de conectar la consola, soplar un cartucho hasta que la máquina lo reconozca, ver el destello en la pantalla de televisión y contemplar el movimiento de los pixeles en el estrafalario menú para oprimir el botón de Start. El mérito de MDHR radica en la pasión que los desarrolladores imprimieron a su obra: integraron calidad y nostalgia en una experiencia única, que nos hace reflexionar sobre si los videojuegos acarician la esfera artística. Con una expansión que agregará nuevos niveles, más historia y un nuevo personaje jugable (Ms. Chalice), el futuro de Cuphead está asegurado. Un clásico hecho a lápiz y papel, inmortalizado en códigos informáticos, la dosis exacta de amor, odio y desesperación en la memoria de los jugadores.