EscenaNosotros esperábamos jinetes, jinetes no sabíamos de quién,jinetes quizá de nadie. Alguien tenía que enviar jinetes,eso nos dijeron, por eso los esperábamos. En calmar llagascon vendas de silenciomatábamos el tiempo. Asíesperábamos jinetes. Peroya no esperamos. Porque en estose nos fue la vida, puedenreírse, en esta escena.Todoera un engaño.Santiago MontobbioIlustración: conejobelga