LEOPOLDO MARÍA PANERO: Un loco en forma
Leopoldo María Panero (Madrid, 1948 – Las Palmas, 2014) produjo una obra solipsista, delirante y escatológica, la mayoría de las veces usando como eje rector su propia locura, sus años de juventud y los recuerdos familiares. Si Freud hubiera bajado con una Polaroid al inframundo, retrataría algo similar. Yo recitaba El circo a las once de la noche sobre la calle 60 en Mérida al salir del periódico donde trabajé seis meses como corrector de estilo. Luego, en Guadalajara, compré sus Poemas del Manicomio de Mondragón, donde viene otro básico, que no va nada mal como epígrafe:En el obscuro jardín del manicomiolos locos maldicen a los hombrelas ratas afloran a la Cloaca Superiorbuscando el beso de los Dementes.Panero deconstruye la sintaxis y hace crossovers con los géneros literarios, las obras canónicas y los emblemas de la cultura popular. Poesía Completa 1970-2000 es un buen pretexto para robar el fuego a los dioses. Eviten oír los poemas musicalizados por Enrique Bunbury, que sacó un disco doble malísimo. Panero, como está loco, incita la curiosidad. Se recomienda ingerirlo a secas, en el silencio de la noche, frente al prostíbulo. Muy recomendables también el libro Papá, dame la mano que tengo miedo, en el que combina la autobiografía, el ensayo, la prosa poética y el relato —un auténtico testamento— y sus entrevistas, verdaderos chispazos de lucidez.–Christian Núñez
Y mi corazón temblabapero era un sueñoy fueron muriendo muchos soldados de la guardia del Reypero mi corazón seguía temblando.*EL CIRCODos atletas saltan de un lado a otro de mi almalanzando gritos y bromeando acerca de la vida:y no sé sus nombres. Y en mi alma vacía escucho siemprecómo se balancean los trapecios. Dosatletas saltan de un lado a otro de mi almacontentos de que esté tan vacía.Y oigooigo en el espacio sonidosuna y otra vez el chirriar de los trapeciosuna y otra vez.Una mujer sin rostro canta de pie sobre mi alma,una mujer sin rostro sobre mi alma en el suelo,mi alma, mi alma: y repito esa palabrano sé si como un niño llamando a su madre a la luz,en confusos sonidos y con llantos, o bien simplementepara hacer ver que no tiene sentido.Mi alma. Mi almaes como tierra dura que pisotean sin verlacaballos y carrozas y pies, y seresque no existen y de cuyos ojosmana mi sangre hoy, ayer, mañana. Seressin cabeza cantarán sobre mi tumbauna canción incomprensible.Y se repartirán los huesos de mi alma.Mi alma. Mihermano muerto fuma un cigarrillo junto a mí.*AMANECER SOBRE LA TUMBAEn la playa de la nochemostraba mis ojos a las sirenasque jugaban impunemente con mi penecon el falo que en el lecho malolientedeshacen los sueños y cae la piedradel pensamiento al suelo.*El mundo duerme, mientras que los pocos que hemos despertado preparamos la gran obra de su destrucción.*ÉRASE UNA VEZCuentan que la Bella Durmientenunca despertó de su sueño.*LOS SEÑORES DEL ALMAToda mi vida me habían obsesionado los niños. Leí obsesivamente las páginas de Peter Pan, pero sólo hasta mucho después supe que su autor, James Matthew Barrie, era un gnomo, alguien habituado a vivir en los bosques, alguien por el que clamaban los árboles.Ahora bien: yo vivía en una ventana oscura de un mísero arrabal, y al asomarme creía que los pájaros volaban por mí.Así que decidí hacer una excursión por el bosque, buscando locamente el rastro de algún gnomo. Me arrodillé sobre la tierra, y hallé sólo un hormiguero. Pisé con fuerza en él, y hormigas huyeron reptando.Y le pregunté a una hormiga, dije ¿Quién soy? y nadie respondió: de manera que un día, borracho como de costumbre, decidí seguir a alguien que creí un niño. Había tomado además de alcohol algo de drogas, y alucinatoriamente vi que el niño tenía alas de ángel.En cualquier caso, andaba lentamente, y le seguí creyendo que era la verdad, la verdad largo tiempo buscada en la infancia, la verdad del vino y de la droga. Ahora bien, el niño al que seguía dio la vuelta y se paró frente a mí: y yo le dije, ¿quién eres? Y él dijo: no soy un niño, soy un gnomo, alguien que habita en los bosques, un duende, un enano: alguien que adora a Blanca Nieves.Y él, el gnomo que yo creí un niño, andaba en línea recta, a pasos lentos.Y llevaba en una bolsa de basuras esmeraldas, topacios y zafiros: así que, buscando su oro, lo tiré sobre el suelo y lo degollé: y como cucarachas a las que se mata con el pie, vinieron en su auxilio otros gnomos, y disparé contra ellos el rifle de mi orina, y cayeron sobre el suelo todos ellos.Y al verlos a todos sobre el suelo, vi sobre el suelo sus pechos desnudos, y su orina y sus heces: y comprendí entonces que no eran duendes, sino niños ahora volando en círculo al país de Nunca Jamás, al árbol del Ahorcado.*
PARÍS SIN EL ESTEREOSCOPIOrecuerdas el que vivía en el piso de arriba y echó a su hija de casa y se oían los gritos y luego él tiró sus muñecas al patio porque ella todavía conservaba sus muñecas y allíestuvieron entre toda aquella basura y las miramos que no se movían y ya no se oían losgritos hasta que se hizo de noche y luego el portero debió de recogerlas a la mañanasiguientealgunas sin brazoslas estuvimos mirando toda la tarde mientras iban perdiendoforma hasta que oscureció y no pudimos verlas luego cuandome desperté a medianoche pensé “ya no queda nadie paravigilarlas”*EL RAPTO DE LINDBERGAl amanecer los niños montaron en sus triciclos, y nunca regresaron.*Llueve, llueve sobre el País de Nunca Jamás.*Un loco tocado de la maldición del cielocanta humillado en una esquinasus canciones hablan de ángeles y cosasque cuestan la vida al ojo humanola vida se pudre a sus pies como una rosay ya cerca de la tumba, pasa junto a éluna Princesa.*Ven hermano, estamos los dos en el suelohocico contra hocico, hurgando en la basuracuyo calor alimenta el fin de nuestras vidasque no saben cómo terminar, atadaslas dos a esa condena que al nacer se nos impusopeor que el olvido y la muertey que rasga la puerta última cerradacon un sonido que hace correr a los niñosy gritar en el límite a los sapos.*Brindemos con champagne sobre la nadasalto de un saltimbanqui en el acero escritodonde la flor se desnuda y habita entre los hombresque de ella se ríen y apartan la miradasin saber oh ilusión que es también a la nadaadonde ellos la vuelven y que a cada jugadase tiende la Muerte ante el jugador desnuday enanos juegan con cabezas humanas.*HIMNO A SATÁNTú que eres tan sólouna herida en la paredy un rasguño en la frenteque induce suavementea la muerte.Tú ayudas a los débilesmejor que los cristianostú vienes de las estrellasy odias esta tierradonde moribundos descalzosse dan la mano día tras díabuscando entre la mierdala razón de su vida;ya que nací del excrementote amoy amo posar sobre tusmanos delicadas mis heces.Tu símbolo era el ciervoy el mío la lunaque la lluvia caiga sobrenuestras facesuniéndonos en un abrazosilencioso y cruel en quecomo el suicidio, sueñosin ángeles ni mujeresdesnudo de todosalvo de tu nombrede tus besos en mi anoy tus caricias en mi cabeza calvarociaremos con vino, orina ysangre las iglesiasregalo de los magosy debajo del crucifijoaullaremos.*EL LAMENTO DE JOSÉ DE ARIMATEANo soporto la voz humana,mujer, tapa los gritos delmercado y que no vuelvaa nosotros la memoria delhijo que nació de tu vientre.No hay más corona deespinas que los recuerdosque se clavan en la carney hacen aullar comoaullabanen el Gólgota los dos ladrones.Mujer,no te arrodillas más antetu hijo muerto.Bésame en los labioscomo nunca hicistey olvida el nombremalditode Jesucristo.*Compro el periódico y leo sin asombroque ayer he muerto.*La virtud de la palabra es que no es dolorni vida sino palabraque corroen las rataslos intelectuales que se alimentan de periódicos usadosy lloran como niños ante la nada.*Alguien tose en la sombraalguien escupe, alguienmancha la página con su salivay escribo húmedo el poemasólo para que lo barra el viento.*Nada hay turbio yanada hay yaparecido a la vidani un muslo de mujer, ya ni una dudanada hay yasino el poema como un pus, como una ortigacercenando mi mano.*Oh el brazo cercenadocuyo doble es el poema, ah la nadaque al poema por doble tieneah la palabra impura que todo sabe de rimasy no de vida.*AH LA CARNEAh, la carne del poematerritorio de larvas y moscas simbólicassumando excrecencias en la excrecenciapara hacer de la poesía la ciencia del excrementoel fragmento que se mutila a sí mismofuturo del cadáver,única perfección.*LA CIENCIA DEL VERSOOh, belleza inútil del poemapues todo poema significa naday el poema es el dios más siniestro que existemás terrible aún que la bellezamás horrible que el pecadoy tan blanco como el miedo.*SANT-IAGOAquel agujero donde estuvo mi sery por el que se vacía todo lo humanorío de mierda del hombre intercambiableporque el hombre no es el hombre ni será nunca el hombresino el terror de mirarme en tu sexoy besar tu llaga.*OFRENDASOh flores del excremento con las que limpiar mi culoy que caéis una a una al río de lodo que es la vidasin sollozossin vozya sólo vidasólo florecer del culo en el barrancoy gritar de rodillas ante la nada.*Ah, el hombre al que nadie quiere, ah, el hombre sin nadie, el borracho en el límite del abismo. Ah, el hombre enemigo del hombre, el hombre que ya no es hombre, sino una equis en la ecuación. Ah, el temor más horrible, más horrible que un ángel es ser un hombre, alguien machacado por la vida, destruido por la letra: hubo aquí alguien que existió y se llamó “Panero”.***