La parte bella de la historiaEntrevista con Leonardo Martins
Llego tarde al Cine Tonalá. Esto, por haber olvidado la grabadora. El taxista me ha contado cómo desde que asiste a las sesiones de Neuróticos Anónimos sus relaciones de pareja mejoraron. La lluvia se disipó. Entro al restaurante del local y reconozco de inmediato a Leo Martins. Por la barba, creo. He venido a entrevistarlo a propósito de Nuestra Belleza, un documental sobre travestis yucatecos que presentó en Mérida a finales del 2013, en La 68 Casa de Cultura Elena Poniatowska. Hablaremos casi dos horas. En mi cabeza, escucho The Vampyre of Time and Memory de los Queens of the Stone Age, con el rostro de Ms. Dolly Boyd moviéndose en primer plano, cadencioso y decadente. Supongo que para estar en el mood.Nuestra bellezaEl proyecto surgió de casualidad por un festival teatral de La Rendija al que asistí en Mérida. Conocí a un chavo, Tomás Gómez, que me contó una historia de amor de dos drag queens. Él había sido drag queen durante un año, y en realidad me estaba contando una parte de su vida que ya era pasado en todo sentido. No obstante Pablo, el otro chico que seguía siendo drag queen, aún vivía esa experiencia de forma permanente, en el aquí y ahora. Quería contar ambas partes, con el contexto sociocultural de la Península yucateca. Me interesaba eso en sí y no tratar de sacar oscuridad de los personajes. Ya creo que hay mucha oscuridad en el mundo para generar más oscuridad [risas].Modo de trabajoYo trabajo desde el punto de vista del observador. Trato de observar la situación sin tomar partido, aunque a veces uno se enamora de los personajes. En la escena lésbico gay, entendí que al menos en Mérida todavía están en los primeros años. Es decir, los shows tienen una temática noventera respecto a los shows drag queen del mundo. Quizá lo que yo vi en Tomás fue una persona que estaba muy en ese mood cuando fue drag queen en el 2006 y quería crear un personaje. En ese sentido también encontré una situación amena, porque tuve oportunidad de convivir con ellos en un aspecto más humano y hasta el día de hoy tenemos contacto.El proyecto lo hice a medida que podía viajar. Un poco a la manera de Wiseman, iba quince días y grababa quince días; pasaba mes y medio y volvía, y todo ese periodo temporal fue de siete, ocho meses. Pero también tenía miedo de que los personajes se desintegraran.TemporalidadUna persona que vive jueves, viernes, sábados y domingos maquillándose en el espejo tiene una temporalidad que nosotros no tenemos. Nosotros no usamos tanto espejo. Es decir, por día, ¿cuánto nos miramos en el espejo? Pero esos chavos viven mirándose al espejo y transformándose. De este modo, mi objetivo era también capturar la temporalidad de los personajes. A veces parece una cadencia lenta de una persona que reiteradamente se mira en un espejo y se maquilla, pero en realidad ésa es la vida que llevan. Y bueno, conforme al armado de esa experiencia de vida que es al mismo tiempo la experiencia laboral —en donde se construyen a sí mismos para convertirse en otros, jugando con el anecdotario—, el documental juega con ciertas pautas como el amor, la diferencia entre un travesti y un transexual, el conflicto de seguir o no seguir, entre otras temáticas.
Travesti y transexualLa diferencia es clara. Las personas que se transforman una noche y se convierten en mujer para hacer un show están en un plano netamente artístico, de una naturaleza lúdica: se transforman y vuelven a ser ellos mismos. Por el otro lado, los transexuales realizan un salto a la barrera; ya no hay vuelta, sólo ida, y quizá en el momento en que saltás la barda ya es un poco tarde porque no hay forma de volver atrás. El hecho de colocarse tetas y saber que no podés volver atrás, eso te hace un click, ¿no? Porque vos también tenés tu rol de hombre. A veces los travestis son bailarines en compañías donde ofician el rol de hombre, entonces resulta complicado. También te estás cerrando puertas.PabloEl personaje principal que es Pablo empieza arriba y se va decantando hasta terminar en una imagen donde lo vemos comiéndose un hot-dog en una plaza de la colonia México, solo, a las cuatro de la mañana, después de un show, y replanteándose la idea de irse porque no sabe si esto ya llegó a su fin. Es decir, el personaje tiene una búsqueda y llega a un replanteamiento de decir: ¿quiero seguir siendo esto? Muchos tienen ese dilema.Pablo es el personaje con más carisma dentro del show de vestidas en Mérida. Viene de una familia jesuita, su padre era sacerdote —más tarde abandona a los jesuitas y se dedica a la literatura— y su madre era poeta. Estamos hablando de alguien cuya estructura familiar hace que tenga un enfoque distinto de mirar las cosas, lo cual es motivo de discriminación entre su grupo. Además es güero, alto (mide casi un metro ochenta y siete) y le gusta jugar al rol de ser maléfico. Pero en el fondo es un tierno. Es una persona que sufre mucho y se coloca un escudo para poder sobrevivir en un ambiente jodido.FestivalesTras su proyección en Mérida a través de La 68 —gracias al esfuerzo conjunto de Lorenzo Hagerman, Cine Tonalá y Cine Oaxaca—, Nuestra belleza tiene como un año y medio para girar en festivales. Laura Sánchez, que fue mi coequiper en el proyecto, se encargará de moverlo en estos espacios.Tipos marginalesAhora estoy haciendo un documental sobre chavas de la tercera edad, sexo servidoras de Tepito, y paralelamente estoy haciendo un documental sobre la vida de mi padre, porque también es un marginal [risas]. En el primer proyecto no hablo de prostitución. A medida que vamos creciendo, los sueños se nos van quebrantando, entonces me interesa que esas personas que en algún momento no pudieron desarrollarse me cuenten sus sueños que quedaron en el aire. Quiero que me cuenten esa parte bella de la historia. Es un poco la idea de poder construirte todavía, de decir: Qué mierda que fue mi vida. Pero qué cosas buenas que también viví.
Leonardo Martins nació en Buenos Aires, Argentina. Más tarde se trasladó con su familia a Brasil, donde realizó parte de sus estudios, viviendo en ambos países durante su infancia y adolescencia. Con una fuerte formación autodidacta, incursionó en el video desde muy pequeño. Años más tarde trabajó en varias productoras audiovisuales. Estudió cine documental en la UPMPM, así como guión cinematográfico, producción audiovisual y fotografía en distintas sedes. Creó junto con Anabella Pareja Robinson en 2007 el Colectivo Fresco, proyecto para la investigación de las artes visuales y escénicas. Ha realizado videoclips, cortometrajes, documentales, formatos para TV y videodanzas. Actualmente radica en la Ciudad de México.
Todas las imágenes: Cortesía Leonardo Martins.Publicado originalmente en Origama [11.03.2014]