12.10.18

disenchantment_érase una vez

Una princesa, un elfo
y un demonio entran a un bar.
 
Íconos pop
Érase una vez un caricaturista capaz de crear familias amarillas y traer futuros al presente. Su talento traspasó fronteras y sus creaciones se volvieron íconos de la cultura pop. Matt Groening, autor de la serie más longeva de la televisión, Los Simpson, se ha aventurado una vez más a traspasar el umbral del tiempo, enfrentándose al pasado medieval en Disenchantment, su nueva serie exclusiva para Netflix.

Bean y compañía
Disenchantment nos ubica en una tierra medieval, con los paisajes, situaciones y personajes que ahí habitan. La historia gira en torno a Teabeanie—Bean para los amigos—, la princesa del reino Dreamland, quien, acompañada de Elfo y Luci, su demonio personal, pasan por todas las aventuras que una princesa no debería experimentar. La premisa se refuerza cuando profundizamos en cada perfil: Bean es una chica rebelde antes que una integrante de la realeza. Ludópata, bebedora e impulsiva, con una tendencia a hacer todo lo que pueda enojar a su padre, el rey Zøg. Por otra parte, los roles secundarios contrastan y enriquecen el temperamento de la princesa: Elfo, una no-tan-inocente criatura pero que siempre intenta hacer el bien, y Luci, un demonio errático que solo quiere ver el mundo arder. De cierta manera, ambos funcionan como un polo de la conciencia de Bean, ayudándola—o no—a enfrentar las situaciones en las que se ve involucrada, la mayoría de las veces por culpa propia.

Existen muchos otros personajes secundarios que desbordan el protagonismo del trío principal: Bounty, la mucama de Bean, Stan el verdugo, Cloyd y la Encantadora, el rey Zøg. La diversidad enriquece la narrativa, ya que permite que el mundo se sienta vivo. Sin embargo, también es un punto a desfavor, ya que deja ver a los protagonistas bastante planos respecto a sus contrapartes secundarias, de las cuales, en ocasiones, tenemos escaso contexto y nos quedamos con ganas de saber más.







Humor amarillo en tiempos oscuros
Como todo el trabajo anterior de Groening, la nueva serie está plagada de su particular sentido del humor. Uno bastante inteligente sin llegar a lo erudito; sencillo, pero bien elaborado. Gran parte de este recurso se apoya en la sátira y el ridículo de situaciones medievales reales, o fantasías y supersticiones propias de la época. Uno de los ejemplos más emblemáticos surge al inicio de un episodio, donde Bean es recluida en un convento y debe enfrentar su espíritu liberal contra la cerrada ideología del culto. Disenchantment  se apoya también de las referencias a otras historias, como Hansel y Grettel, e incluye un breve cameo de personajes de Futurama.

El humor lubrica el desempeño de los capítulos, ofreciendo espacios para relajarse después de momentos de acción. Incluso sirve como detonante para otros chistes o para que el episodio continúe su ruta. Como en las animaciones previas de Groening, hay una trama individual para cada episodio que, al mismo tiempo, forma parte de un entramado más grande, el cual corresponde a la estructura de la serie completa. Un recurso bien ejecutado, aunque en ocasiones subordina capítulos redondos para insertarlos en la historia principal.
 
¿Y la magia?
Disenchantment cuenta con un total de 10 episodios, los cuales son solo la mitad de la serie completa hasta ahora. Dado que Netflix solicitó 20 capítulos, al menos una segunda temporada ya está confirmada. La serie mantiene un magnífico desempeño, con risas legítimas y el toque de humor ácido del caricaturista. El mundo mágico en el que se desarrolla es propicio para las tramas irreales que llevan al límite lo absurdo. Su breve duración es otra ventaja, ya que puedes ver un par de episodios al día sin derrochar tantas horas. De hecho, la duración de la primera temporada no es nada extensa: fácilmente se puede ver durante un maratón de fin de semana.

A pesar de no ser un fan acérrimo de su creador, mientras veía Disenchantment pude entender porqué se volvió un ícono del entretenimiento para adultos. Además del apropiado manejo del humor, sus personajes son pintorescos y dotan de vida a las aventuras que los protagonistas enfrentan. La combinación del universo fantástico con tramas más modernas da como resultado una odisea divertida e interesante que vale la pena ver. Lo mejor que se puede hacer ante una serie como esta es llenar el mejor tarro de madera que encuentres, colocarte una corona, aterrizar en el sillón más cómodo de tu casa y estallar de risa como un rey medieval mientras dejas que el bufón Netflix te divierta varias horas, al menos hasta que concluya la primera temporada. Lo que dure el encanto.

 

Disenchantment
Matt Groening + Josh Weinstein
Disponible en Netflix